Huazulco: la capital mexicana del amaranto

Este pequeño pueblo de Morelos es uno de los más tradicionales productores de este cereal milenario.

28 Sep 2022

El olor a miel de una alegría o el crujir de una palanqueta –además de provocar antojo– son una muestra tangible de la herencia de las tradiciones de la dulcería mexicana, algunas de cuyas prácticas e ingredientes se pueden rastrear hasta la época prehispánica.

Y es que el amaranto, una de las materias primas de los dulces típicos, fue y sigue siendo un tesoro para la cultura nahua. Esto se puede observar en el pueblo morelense de Huazulco, uno de cuyos múltiples significados es lugar de huauzontles.

Huazulco, “tierra del amaranto”, es un pueblo de orígenes xochimilcas al este del estado del estado de Morelos que todavía se rige por usos y costumbres. Su principal actividad es el cultivo del amaranto y la fabricación de dulces artesanales, en especial alegrías, palanquetas u obleas a base de dicho milenario cereal.

Este es el oficio de 40 familias nativas de Huazulco, quienes fabrican dulces de manera tanto artesanal como semiindustrializada y venden a comercios locales y foráneos. De hecho, el 80% de todo el amaranto producido en el estado proviene de esta pequeña localidad y de su pueblo vecino, Amilcingo.

¿Cómo se hacen las alegrías de amaranto?

Lo primero es abrirse paso entre los campos de amaranto: vastos sembradíos tapizados por plantas que lucen como plumeros despeinados color fucsia profundo. De las plantas se obtienen las semillas, mismas que son tostadas junto con una mezcla de miel de abeja y jarabe de piloncillo. Si es pertinente, se decoran, y finalmente se dejan secar para ser empaquetadas y vendidas, tanto al menudeo como al mayoreo, en las diversas –y abundantes– dulcerías del pueblo.

Amaranto: de ofrendas mexicas a dulces morelenses

Se cree que esta planta fue domesticada en el continente americano hace cuatro milenios y hay evidencia de que las culturas mesoamericanas, desde los quechuas en Sudamérica hasta los rarámuris al norte del país, han aprovechado su versatilidad y alto aporte nutricional.

En lo que a México respecta, el amaranto se convirtió, junto con el frijol y el maíz, en una de las bases de la alimentación; por ejemplo, en tiempos prehispánicos, su harina se empleaba para cocinar tamales.

Si embargo, el uso del huautli (amaranto en náhuatl) también destacó en el aspecto ceremonial. Se tienen registros de que, en el Templo Mayor –uno de los adoratorios del Imperio mexica– se empleaba el amaranto para hacer tzoalli: representaciones de deidades elaboradas con masa preparada a base de amaranto y miel negra de maguey y que desempeñaban diferentes papeles durante rituales y sacrificios.

Visitar Huazulco

Huazulco se encuentra en el municipio de Temoac, a escasos kilómetros de la frontera de Morelos y Puebla. Esto lo hace de fácil acceso y un buen destino para visitar en un día de fin de semana, pues se encuentra cerca de Cuernavaca, Puebla y Ciudad de México (respectivamente a 1:20, 1:15 y dos horas manejando).

Aunque turísticamente hablando este sitio no ofrece mucho, vale la pena acercarse a alguna de las múltiples dulcerías –las cuales aparecen desde la carretera, aun antes de entrar en el pueblo– para conseguir las golosinas más frescas del país.

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