Atenas

Una de las capitales más antiguas que siguen habitadas, cuna de la filosofía, la cultura griega y la democracia que luego se extendieron a todo occidente, Atenas permite experimentar el pasado mientras gozas del presente con total hedonismo.

Lo que debes saber antes de viajar

Con un clima mediterráneo e inviernos fríos y lluviosos, lo ideal es visitar la ciudad en primavera y otoño. El verano es buena época, aunque da la enorme afluencia de turistas (al igual que en Semana Santa) las tarifas de hospedaje pueden duplicarse.

En cuanto al idioma, la mayoría de los atenienses puede recibir al viajero en inglés, así que no debes tomar lecciones express de griego (y por cierto, el griego que se habla en la actualidad no es el “clásico” o antiguo).

Lo imperdible

La Acrópolis de Atenas (la ciudad antigua), donde puedes visitar algunas de sus construcciones más icónicas y monumentales, como el Partenón y el Templo de Atenea. El teatro de Dionisio, construido en el siglo VI a.C. y que fue el primero en ser construido en piedra allí. Ir al Templo de Zeus, donde Fidias imaginó su rostro en una escultura, a la Plaza Síntagma, visitar el Jardín Nacional de Atenas y por supuesto, probar la deliciosa gastronomía griega en una fonda local.

Cómo moverse

Para ir desde el aeropuerto internacional de Atenas al centro de la ciudad (del que dista unos 20 km) tienes muchas opciones: desde metro (línea 3, con un costo de 10 euros), transfer privado (unos 40 euros), autobús (líneas X95, X96 o X97, y con un costo de 6 euros), o taxi (según el horario puede oscilar entre los 38 y los 53 euros).

Dentro de la ciudad existen las mismas opciones y por supuesto, con costos similares.