Instructivo para ser mexicano

Si hubiera un manual para convertirse en el mexicano de la época romántica del siglo XIX, éste tendría una escala en Tequila, Jalisco.

26 Nov 2017

El camino desde Guadalajara brinda la primera inspiración: campos infinitos de agave azul hacia donde se vea (se habla de unos 53 millones de estos especímenes en la región, aproximadamente). Al llegar a Tequila, uno regresa varios siglos en la historia, a través de cultura, edificios y tradiciones.

Una de las primeras cosas que hay que hacer es tomar tequila, desde luego. Muchos aprendimos desde jóvenes a hacerlo de la mala manera, con limón y sal y de un golpe. Tal vez esas guarniciones ayudan a pasarnos el de mala calidad, pero para tomar uno bueno se debe hacer con calma, a traguitos.

El tequila es una bebida fuerte, así que debería tomarse incluso con más calma de lo que se toma el vino. Todo esto se puede aprender en un cata en la Rojeña, la destilería de José Cuervo. El recorrido involucra una visita a los sembradíos de agave, donde el jimador corta las hojas del agave y deja sólo las piñas, para luego ser enviadas a la planta, donde se cuecen, exprimen, fermentan y destilan para así crear el tequila.

La fábrica de tequila La Rojeña es sólo una parte del complejo Tequila Espíritu de México, antes conocido como Mundo Cuervo, una iniciativa del grupo JB por promover Tequila, conformado por el tren José Cuervo Express y Solar de las Ánimas, un lujoso hotel tipo hacienda de habitaciones enormes, techos altos y amenidades de primer nivel. Está justo en el centro, a distancia caminable de todo y con un confort insuperable por cualquier otro hotel a la redonda.

En esta misma zona del centro, se puede tomar un tour guiado en tranvía; los guías conocen mucho de la historia de la bebida y del pueblo, de las marcas (algunas famosas como Sauza, Orendain, Herradura) con haciendas repartidas por todos lados.

Después de ver y probar el tequila en sus diferentes etapas (en el recorrido de La Rojeña se prueba la “piña” cruda, luego cocida y también el tequila directo del alambique), la experiencia a la hora de abordar un tequila ya no es la misma. Se huele, se ve, se prueba poco a poco y sobre todo, se disfruta.

A la hora de la comida los visitantes tienen varias opciones para poner en práctica lo aprendido; La Antigua Casona, Fonda Cholula o La Taberna del Cofrade ofrecen algo imprescindible en ese supuesto manual del mexicano: los mariachis. Los visitantes deben aprovechar cualquier momento para cantar con estos grupos, claro, con tequila en mano.

Nuestro último punto en el manual es una visita a la cantina. La Capilla (excelente nombre utilizado desde tiempos inmemoriales para mentir sin mentir) es la opción preferida por su autenticidad. Los dueños siempre están ahí, junto con un grupo de visitantes recurrentes al que habrá que unirse con confianza, son gentiles y cálidos en cuanto el tequila empieza a fluir.

El Tequila de siempre se ha renovado en muchos aspectos y atraviesa por un proceso de crecimiento muy acelerado; una de las innovaciones es el portal tequilatourism.com, implementado por la división de mapas de National Geographic (en conjunto con Tequila Espíritu de México y las secretarías de turismo local y federal), y a través del cual puede planearse un viaje por completo en un solo portal. Incluye tours, actividades, comida y visitas a haciendas tequileras; el concepto se llama geoturismo y se eligió Tequila por ser un destino relevante en la historia y en la cultura del país.

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