Santa Teresita
Aunque únicamente una avenida lo separa de la famosa Colonia Americana, que desde hace unos años es el centro cultural de la ciudad, el barrio de Santa Teresita se mantiene fiel a sus orígenes populares. La vida se mueve entre los negocios familiares que han perdurado por décadas y siguen gozando de sus éxitos de antaño. En Santa Tere –su nombre hipocorístico y más común– se encuentran algunos de los mejores puestos de comida callejera de Guadalajara, los más antiguos locales de jugo de carne y cenadurías clásicas. Aunque también está recibiendo propuestas culturales y nuevas cocinas que encuentran su lugar entre el fuerte arraigo de las tradiciones.
Ahogadas Betos
Barrio que se respeta en Guadalajara tiene sus tortas ahogadas insignia. En Santa Tere, dicho sea de paso, la oferta sobra, pero las de Beto se llevan el reconocimiento porque cambian ligeramente los ingredientes tradicionales por un relleno de chamorro y, además, están bañadas con jugo de carne. Algunos puristas podrían decir que no es una torta ahogada, pero quienes sólo se dedican al disfrute las catalogan como unas de las mejores en toda la ciudad.
Pedro Antonio Buzeta 757, Santa Teresita, Guadalajara
Xokol
Uno de los restaurantes más interesantes en la creciente escena gastronómica de la ciudad. Los chefs Xrysw Ruelas y Óscar Segundo han creado este espacio para verter toda su investigación maicera y seguir experimentando con la tortilla y la milpa. Aquí, el maíz es casi un ritual que se comparte en una mesa larga, probando platillos como el taco ceremonial mazahua, el tamal de pato o el tepache.
Herrera y Cairo 1375, Santa Teresita, Guadalajara
Tostadas Don Ramón
En Santa Tere aún se encuentran varios de esos locales que son atendidos, administrados y, desde luego, bautizados por todólogos que conocen de nombre a sus comensales más asiduos. Las tostadas y los tacos que preparan don Ramón y su familia llevan varias décadas como un tesoro de la colonia. Se pueden pedir de cuerito, trompa o pata, y se preparan de manera tradicional con abundante salsa de jitomate y cebolla morada.
C. Pedro Antonio Buzeta 453, Santa Teresita, Guadalajara
Ayerayer
Aunque quizá la vida en Santa Teresita no se caracterizaba por tener un alma creativa, eso está cambiando. Nuevos talleres y espacios de arte se han mudado a estos rumbos para conectar con la esencia tapatía, al tiempo que crean nuevas posibilidades artísticas en el centro del barrio. Ayerayer es uno de estos casos. Fundado por los artistas Javier Rodríguez y Gabriel Rico, aquí se presentan algunos de las propuestas más transgresoras de la escena artística de Guadalajara y se reúne talento internacional con artistas que emergen en la comunidad local y el resto del país.
Garibaldi 1151, Santa Teresita, Guadalajara
Capilla de Jesús
El nombre de este barrio viene cargado de toda la tradición que se conserva históricamente entre su comunidad. Desde la época en que comenzó a poblarse, a mediados del siglo xix, surgió como una zona residencial construida alrededor de la capilla de la que recibe su nombre. Su pasado religioso y habitacional se conserva en buena medida, pero ahora, además, es uno de los lugares donde cada vez más gente joven se está reuniendo. Los nuevos residentes han traído propuestas que conversan con la vida habitual del barrio. Hay, desde luego, una excelente comida tradicional, pero también nuevos espacios de arte. Aquí, la recomendación general es caminar sin rumbo y encontrarse con algo de lo mucho que el barrio tiene para ofrecer.
La Fonda de la Noche
En esta parte de Guadalajara abundan las cenadurías más tradicionales y la Fonda de la Noche es quizá la mejor opción para quienes buscan esta parte clásica de la ciudad. Abierta hasta altas horas, aquí se sirven platillos mexicanos como sopes o pozole, pero lo mejor son sus especialidades por temporada: las medias lunas de camarón, para la cuaresma, y el chile en nogada para los meses patrios.
Jesús 251, Capilla de Jesús, Guadalajara
Yunaites
Fabián Delgado, el chef de Palreal, abrió este proyecto paralelo en el Mercado IV Centenario, justo en el centro geográfico del barrio y donde sucede la mayor parte de su vida comercial y social. Especializado en menjurjes de los poblados de todo Jalisco y la sierra de Jalmich, aquí se sirven desayunos extraordinarios que van desde chilaquiles hasta tamales de hongo y sopas frías, además de un excelente café de puchero.
Garibaldi 824, Capilla de Jesús, Guadalajara
Ricos Tamales
Si por algo es conocido Capilla de Jesús, es por su cultura tamalera. Entre sus esquinas es muy común encontrarse con carritos de fierro o puestos que despachan el desayuno de los madrugadores. Y a pesar de que algunos de estos héroes gastronómicos pueden llegar a quedar en el anonimato, hay un lugar que abandera con orgullo esta famosa tradición. Desde 1953, en Ricos Tamales han preparado algunas de las recetas más populares e innovadoras de la ciudad. Los hay de pechuga con mole o de chicharrón prensado, si se quieren salados, y de nuez y piña, si se prefieren dulces. Eso sí, todo acompañado con el espectacular atole de la casa.
Garibaldi 779, Capilla de Jesús, Guadalajara
Alma Colectiva
La inercia artística de la ciudad ha terminado por extenderse al tradicionalmente conservador y habitacional barrio de Capilla de Jesús. Además de algunos talleres personales, aquí abrió Alma Colectiva. Este espacio reúne la colección de Aurelio López Rocha, impulsor del arte contemporáneo y exsecretario de Turismo de Jalisco, con obras de artistas como Paul Winstanley, Germán Venegas y María José Petersen.
San Felipe 876, Capilla de Jesús, Guadalajara
