Entre sus 365 iglesias y los dos volcanes más importantes de México, Puebla es la casa de cuatro pueblos mágicos que enamoran a sus visitantes gracias a los cuerpos de agua que los rodean.
A menos de tres horas de la Ciudad de México, se encuentra entre cúpulas y talaveras el Centro Histórico de Puebla, mismo que desde 1987 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Entre manantiales
Chignahuapan es un pueblo en el sureste de México famoso por la producción de esferas navideñas, su Basílica de la Inmaculada Concepción y su figura de la virgen María tallada en cedro.
Sin embargo, los baños termales de agua de manantial a 38ºC se convirtieron en un destino popular. El clima de marzo a mayo se mantiene entre los 24 y 28ºC convirtiéndose en el mejor momento para disfrutar de las termas.
En Chignahuapan, el color azul brillante de la Laguna Almoloya llama la atención de pobladores y viajeros. Formada por nueve ojos de agua alimenta a dos cascadas: Tuliman y Quetzalapan y desemboca en el río Tecolutla en Veracruz.
En la laguna los visitantes del pueblo pueden disfrutar de paseos en kayak -que rentas ahí- y días de campo alrededor de la misma. Puedes llevar tu comida y utilizar los asadores que se encuentran en el contorno de la laguna.
Aquí, los pobladores celebran cada año el Festival de la Luz y la Vida para el Día de Muertos, utilizando la laguna como parte del escenario para rituales, cánticos y espectáculos de danza.
En la muralla de los árboles
A una hora al norte de Chignahuapan, se encuentra Huauchinango. Rodeado por montañas y ríos que forman cascadas, este pueblo mágico se convierte en un destino perfecto para aventuras naturales.
En la Presa de Tenango de las Flores puedes disfrutar de una tarde en lancha mientras observas gansos y patos. Aquí María Félix y Pedro Infante filmaron Tizoc y, desde entonces, la presa es popular en la zona.
A seis minutos al sur de Huauchinango se encuentra el parque La Morena. Puedes adentrarte en la selva para practicar senderismo y acampar a pocos metros de la cascada.
Contratar un tour con el Parque de Ecoturismo o Yumping es una recomendación para que conozcas a fondo sobre los lugares escondidos y las cuevas que acompañan a las cascadas.
Ya sea de noche o durante el día, en las caminatas por la densa vegetación encontrarás armadillos, tlacuaches o murciélagos.
Atravesando senderos
Entre los nueve pueblos mágicos de Puebla, éste destaca por fabricar el papel más antiguo del país: el amate.
Pahuatlán es parte de este programa turístico gracias a su riqueza artesanal tanto en papel y alfarería, como en madera tallada y bordado.
El pueblo se ubica a hora y media de Huauchinango. Visitarlo es sinónimo de un viaje en el tiempo, pues sus calles empedradas y las tejas rojas en los techos te remontan a una época prehispánica.
Este sitio se ha esforzado por mantener sus costumbres indígenas intactas y lo han logrado. La tradicional danza de los voladores de Papantla se mantiene viva.
Para acceder al Parque Ecoturístico Arcoiris es necesario atravesar senderos, valles, barrancas y adentrarse en la Sierra Mágica.
Éste alberga 10 saltos de agua donde -por razones de seguridad y conservación- no se puede nadar. Las cascadas están conectadas entre sí, caminar entre las veredas y las rocas es la única forma de llegar a ellas.
Un puente colgante hecho de madera marca el rumbo hacia la Cascada Arcoiris, al llegar podrás ver el juego de colores formado por la luz natural y el agua. Es, hasta este momento, donde el nombre de la cascada cobra sentido.
Con aroma a café
Después de Pahuatlán -y antes de terminar tu recorrido por las aguas naturales de Puebla- vale la pena conocer el centro histórico de Xicotepec.
Aquí encontrarás la Parroquia de San Juan Bautista, fundada en 1571, y construida con un estilo gótico similar a la popular catedral francesa Notre Dame.
Pasar una tarde en el centro del pueblo es sinónimo de música, árboles con distintas formas animales y, por supuesto, un café recién hecho. Xicotepec es el productor número uno de café en el estado.
Después de escuchar la música de la banda en el kiosco del centro, es momento de subir de nuevo al auto y conducir hasta la última parada: Tlaxcalantongo. Lugar donde fue asesinado Venustiano Carranza en 1920.
Tlaxcalantongo es la casa de Cascadas Barbas de Carranza, un par de caídas de agua de 40 metros de altura, rodeadas por árboles y alumbradas con luces y sombras naturales que crean un espectáculo digno de admirar.
De mayo a septiembre -temporada de lluvias- es el momento ideal para visitar las cascadas, pues las condiciones naturales crean el entorno perfecto para practicar rafting.
