Hace 700 años nació la Liga Hanseática, una innovadora asociación de comercio que conectaba ciudades a través de los puertos del Mar del Norte y el Mar Báltico. Siguiendo la línea del comercio libre, nació Hanseatik en 1999.
Comenzando con un sólo producto -el salmón noruego- Hanseatik poco a poco se ha convertido en una empresa familiar que al día de hoy importa a México productos de 20 países diferentes, también pertenecientes a empresas familiares. Bajo un esquema que se guía por los certificados de calidad y por el gusto de los dueños, Enrique Chávez Peón y Kristin Berle emprendieron un viaje alrededor del mundo para seleccionar aquellos productos gourmet que pueden aportar, resaltar y complementar los sabores de la gastronomía mexicana.
A mediados de 2022, Chávez y Berle decidieron abrir un showroom en Santa Fe Ciudad de México, para acercarse -aún más- a quienes ya conocen los productos y, por supuesto, para presentar los mismo a quienes los están descubriendo.
“En lugar de ir a un supermercado, pueden venir aquí y hacer una compra mucho más personalizada y rápida, aunque claro, para nada somos la competencia de nuestros principales distribuidores”
Enrique Chávez
La experiencia del showroom
En la entrada del showroom te reciben las repisas de madera con productos provenientes de España y Francia, entre ellos los caracoles silvestres de Borgoña con conchas duras de 35 a 38 mm. Del lado derecho, una mesa con botellas de jarabe de maple canadiense y frascos de aceitunas Losada roban tu atención, mientras el escaparate con vista a la calle repleto de mermeladas Bonne Maman colorea la ventana.
Al fondo, un mapa colgado en la pared señala las principales regiones del origen de las marcas que encuentras en Hanseatik: Mediterráneo, Europa del Norte, Asia, América del Norte y América del Sur; éste acompañado de una explicación breve de los sabores característicos de cada zona.
Siguiendo la línea que marcan los corredores de la tienda, te encuentras de frente con los refrigeradores donde almacenan el aclamado salmón noruego en distintas presentaciones: ahumado, con piel, sin piel y Kosher.
“Manejamos el salmón para todos los gustos de nuestros clientes. Además, todas las presentaciones vienen empacadas de origen y eso garantiza una mejor calidad en el producto ya que no hay intermediarios en el manejo del alimento”.
Kristin Berle
Frente a los refrigeradores hay una nevera que presenta caviar cultivado de Esturión de Francia y pescaviar de Avruga y Moluga, un producto de consumo sostenible que se ubica entre el caviar y las huevas de lumpo. Avruga son perlas de arenque teñidas con tinta natural de calamar mezcladas con jugo de limón, mientras que Moluga, con una textura cremosa, ligera y un toque de limón, es la versión premium del sucedáneo de caviar.
Frente a los refrigeradores, unas repisas muestran los productos italianos en donde se destacan las harinas de Le 5 Stagioni para hacer pizza. De acuerdo con Gianni Di Lella -chef pizzaioli con 12 años de experiencia- es la mejor marca para hacer pizzas dulces y saladas.
“Gracias a la calidad y selección del grano para hacer la pizza, puedes obtener una masa excelente, no necesitas más de tres ingredientes para preparar la pizza perfecta”.
Los productos por excelencia
Vuelta a la izquierda y al fondo está la cava de vinos, a la derecha una pared de piso a techo con productos del Mediterráneo y una mesa que presenta las pastas de la Toscana hechas a mano y gluten free de Moreli. A la izquierda, un aparador con todas las presentaciones de aceitunas Losada.
Con frascos en varios tamaños desde los 350 gramos hasta aquellos de más de tres kilos. Las aceitunas Losada son originarias de Andalucía al sur de España, marca que sobresale por ser productora y comercializadora de su propio producto; además de ser la única empresa varietal en España, produciendo y distribuyendo 10 tipos de aceitunas, las cuales se distinguen del resto por su textura, color y sabor.
“Nuestro proceso no empieza en el envasado, es decir, nuestro proceso empieza en el olivo desde el punto de vista agrícola. Un ejemplo es la forma en que podamos el olivo, esto influye en el resultado final y hace que nuestro producto sea así.”
A un costado de las aceitunas, se encuentran los aceites de olivo Castillo de Canena, empresa familiar que empezó con la producción de aceites en el siglo XVIII.
Después de mantener el negocio familiar por siglos, Rosa Vañó -directora comercial de la marca- contactó a Enrique Chávez para comenzar la relación comercial y la distribución del producto en México.
Castillo de Canena es reconocido a nivel mundial y ha sido galardonado en distintas ocasiones, siendo el primer aceite español en ganar el SOFI Award de Oro en 2014, hasta obtener 100/100 puntos en la guía internacional Flos Olei 2020 por octavo año consecutivo en 2020.
“Lo primero es que somos un aceite de excelencia, todo el proceso lo cuidamos muchísimo, somos productores y no compramos el aceite; sino que tenemos nuestro campo y producimos los aceites. Tenemos mucho cuidado en cómo se exprimen las aceitunas para sacar los aceites, es un proceso muy mágico y bioquímico de la naturaleza”, nos cuenta Vañó.
Aceites de Canena es una empresa responsable con el medio ambiente y cuenta con certificaciones entre las que destacan Producción Integrada (A.P.I.) y CAAE Agricultura Ecológica.
“Toda esa calidad junto con la sostenibilidad que le estamos dedicando desde hace mucho tiempo, hacen de nuestros aceites un producto de excelencia. Hemos hecho un esfuerzo para dejar un mundo mejor”.
El showroom de Hanseatik está abierto al público, aunque también tienen la opción de reservación para catas privadas y eventos en un espacio disponible para 30 personas con los productos disponibles en la tienda.
