Rancho El Ameyal: fin de semana de naturaleza y diseño a dos horas de CDMX
En el bosque de Amealco, en Querétaro, Racho El Ameyal ha formado un ambicioso proyecto de hospitalidad y permacultura, ideal para pasar un fin de semana en la naturaleza.
POR: Diego Berruecos
En el mundo de los viajes se habla mucho de tendencias, de cómo todos se acercan cada vez más a lo sustentable y a lo ecológico, para que, a su vez, los viajeros puedan acercarse a la naturaleza. Incluso se ha convertido en una nueva forma de experimentar el lujo, pues estos espacios son cada vez más escasos y, vale decirlo, menos reales. La verdad es que no muchos han encontrado un hilo negro del cual tirar, tampoco es que muchos lo estén intentando de verdad. Pero, luego están proyectos como Rancho El Ameyal que muestran que siempre puede hacerse un poco más. Ir más lejos.
La diferencia esencial quizá está en la aproximación. Porque, antes de ser un proyecto de hospitalidad, Rancho El Ameyal se define como una comunidad enfocada en la naturaleza. Se han especializado en permacultura –un sistema de diseño agrícola que intenta seguir los ritmos naturales medioambientales, en conjunto con una filosofía ética–, pero no sólo para aplicar a la propiedad, sino también para involucrar a todos sus visitantes.
La idea esencial es que, quien pase un tiempo en el Rancho, no sólo obtenga la relajación y la calma que va buscando a la naturaleza, sino que también pueda aportar algo para conectarse con el entorno en un nivel mucho mayor. El rancho está diseñado con este objetivo. Recolecta su agua de lluvia, usa paneles fotoválticos para abastecerse de energía y tiene baños secos. Además de que todas las construcciones están hechas con adobe producido ahí mismo y en general están pensadas para tener el menor impacto posible en el entorno.
El hospedaje
Entre las hectáreas de bosque y el ambicioso proyecto ecológico, a penas a dos horas de la Ciudad de México en auto, en la comunidad de Amealco, en Querétaro, Rancho El Ameyal se compone de cuatro distintas opciones de hospedaje para todos los planes. Hay para quienes quieren estar en contacto perpetuo con la naturaleza, como el campamento Las Pingüicas, unas tents de glamping entre arbustos de pingüicas. El Remolque también tiene una de las mejores experiencias de inmersión natural dentro del rancho. Un camper clásico estacionado bajo un encino centenario, desde donde se puede ver el lago y la huerta.
Para un poco más de comodidad, también está Casa de Tierra, enfocada en diseño y bioconstrucción, con paneles fotovoltaicos, construida con 2,700 adobes y acabados en chukum. Sala, cocina equipada y terraza con una tina exterior para relajarse en medio del bosque.
Pero, la joya de Rancho Ameyal es Casa de Barro. Diseñada por el estudio de arquitectura, GOMA Taller, se trata de una estructura que se pierde en el paisaje, concebida con la intención principal de tener una mínima intervención en el entorno natural. Semienterrada bajo la vegetación endémica del lugar, deja que la naturaleza sea la protagonista del sitio. Pero, el material también crea una relación diferente con la naturaleza, dependiendo de la temporada. GOMA Taller escogió el tabique para mimetizar la estructura, sobre todo en las temporadas en que el bosque toma el color del barro. Sin embargo, en plena temporada de lluvias, cuando todo vibra con verdor, lo que se obtiene es un inesperado contraste.
Un bosque comestible
La filosofía de Rancho Ameyal se extiende a todas las partes del proyecto, incluyendo cualquier cosa que se pueda producir en la propiedad. En el Rancho Ameyal aplican métodos de recolección y siembra especializados que no sólo son mucho más sensatos para el cuidado del entorno, sino que dotan al producto de una calidad extraordinaria.
Han ido creando una huerta, nutrida y diversa, una milpa y aprovechando lo que el bosque comestible alrededor de la propiedad puede dar con cada temporada. Todo lo cosechado está libre de pesticidas y, en su lugar, utilizan biofertilizantes que ellos mismos hacen.
Especiales del mundo
Travesías Recomienda
También podría interesarte.