El Cedral: una presa en medio del bosque a dos horas de la CDMX

Despertar temprano para dar un recorrido en medio del bosque es el plan perfecto en este destino.

30 Mar 2022

El Cedral es un rincón mágico en medio del Parque Nacional el Chico. Rodeado de oyameles que ofrece actividades al aire libre para los amantes de la naturaleza. Este parque natural está a 2 horas, 15 minutos de la CDMX. 

Antes de salir de casa, consulta el clima que habrá durante tu estancia, es un lugar muy frío en invierno. Y aún en primavera y verano, se siente mucho más fresco que la ciudad. 

Parque Recreativo El Cedral

Llegar temprano es la parte importante, solamente así tendrás la oportunidad de decidir y planear mejor tu día. Así como elegir las actividades que el lugar ofrece y un mirador para ver -desde las alturas- un punto diferente de la región.

Además, aprovechar la presa sin estar rodeado de gente es mucho más agradable.

Marca una ruta desde tu punto de partida y sigue el mapa. La presa cuenta con estacionamiento. 

Puedes pasar el día entero en El Cedral y volver a tu casa por la noche. La presa abre sus puertas a las 8:00 am y cierra a las 21:00 hrs.

Parque Recreativo El Cedral

Así que tienes el tiempo perfecto para disfrutar de cada rincón. Pero si quieres pasar la noche a un lado de la presa, puedes acampar.

O ir al Hotel El Paraíso, que se encuentra a 3 KM y tiene una decoración de antaño. Parece sacado de una película, sin duda una aventura interesante.

Una escapada natural

La oferta de actividades al aire libre va desde un paseo a caballo alrededor de la presa hasta cruzar el cuerpo de agua de extremo a extremo por medio de una tirolesa.

Si lo prefieres, también podrás admirar la belleza del agua en una lancha para remar o pedalear, pero por favor, no intentes nadar en ella porque hay algas en el fondo donde podrías quedar atrapado. 

La magia de El Cedral ocurre cuando te detienes por un momento y observas lo que hay a tu alrededor.

Un cuerpo de agua que refleja el bosque lleno de vida gracias a los pinos, oyameles y encinos. Las montañas que de alguna forma protegen y construyen ese espacio y el color celeste del cielo forman un paisaje único digno de admirar.

Pon a prueba tu condición física y la fuerza de tus piernas mientras caminas por el bosque para llegar a un mirador donde la vista que encuentres te hará saber que cada paso valió la pena.

Observa la naturaleza desde lo alto y, al bajar, disfruta de una buena comida típica de la región.

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