Llamarlo paraíso es poco.  Hay quien se atreve a decir que es la playa más bella y tranquila que han visto. Hablamos de El Cuyo, aquel pueblo de pescadores que hasta el siglo pasado todavía funcionaba como puerto maderero (materia prima en Yucatán).

Aunque explorado por muy pocos, podemos decir que este lugarcito es, hoy en día, uno de esos destinos en donde los viajeros pueden alcanzar su máximo nivel de relajación, descanso y admiración ante los paisajes naturales que reinan entre manglares, el azul turquesa del mar y el verde tropical del bosque petrificado. Se cree que El Cuyo es el último punto turístico del Golfo de México.

El Cuyo

Foto de elcuyo.net

Para viajar bien

Este tesoro nacional se ubica a dos horas y media del aeropuerto de Cancún y a tres de Mérida; está, específicamente, en la reserva de Ría Lagartas, entre Holbox y Las Coloradas. Es el hogar de cientos de flamencos que, año con año, migran al calor de la península para bañarse en las suaves olas; de tortugas que desovan ahí sus huevos, de un sinfín de aves y de unos dos mil habitantes que a lo largo del tiempo han logrado preservar la autenticidad –y privacidad– del lugar.

La mayoría de las casitas de madera, construidas hace más de 40 años, permanecen sin mayor cambio. No hay grandes hoteles para el turismo de masa, tampoco complejos habitacionales. Y creemos que eso está bien.

mural El Cuyo

Foto de elcuyo.net

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Foto de Carlos Reyes

Lo que sí hay son pequeños comercios (como La Sirenita) en donde visitantes y locales se abastecen de lo básico: cereales, granos, huevos, verdura, leche, algunos quesos, productos de limpieza y de farmacia, etc. En cuanto a restaurantes, cafés y panaderías, se cuentan unos 15 establecimientos en donde se puede consumir desde café orgánico, hasta pizza, platillos con mariscos, bebidas frescas y comida típica yucateca o mexicana. Respecto al alojamiento, casi todas las cabañas dispuestas para los viajeros tienen hamacas, camas, baños independientes, mosquiteros y terraza (algunos).

Además de descansar y comer delicioso, se puede hacer una de las actividades más demandadas en El Cuyo: kitesurf, paddle board o kayak. También se recomienda dar un paseo por la costa en compañía de los lugareños para pescar la cena y prepararla en alguno de los establecimientos de la zona. O rentar una bicicleta y recorrer las callecitas tapizadas de arena.

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Otros lugares para comer: El chile gordo, Valerio’s, Luma, El tiburón, Doña Marta pescadería y La Lupita

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Foto de Carlos Reyes

Lo que tienes que saber de El Cuyo

Dado que es un lugar un tanto alejado de la ciudad, hay algunas cosas que se deben tomar en cuenta antes de visitar El Cuyo: no hay cajeros electrónicos ni bancos y la mayoría de los establecimientos solo reciben efectivo. No hay tiendas especializadas y aunque sí operan algunas farmacias, en caso de requerir un medicamento en específico habría que trasladarse en auto hasta la ciudad de Tizimín. La red inalámbrica es buena, sin embargo, puede llegar a fallar dado que no hay antenas en la zona. Por último y por si acaso les quedaba duda: no, no hay centros nocturnos, aunque sí espacios culturales en donde se organizan veladas con grupos en vivo (todo en un ambiente muy relajado).

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Foto de elcuyo.net

Qué hacer en los alrededores

Aunque Holbox se encuentra a unos 30 kilómetros de El Cuyo, visitar Valladolid es prácticamente una parada obligada. Ahí destacan  los barrios de Sisal, Santa Lucía, Santa Ana, San Juan y Candelaria, cada uno con su propia iglesia y personalidad. Por otro lado, la calzada de los Frailes conduce al majestuoso convento de San Bernardino de Siena, un verdadero tesoro arquitectónico y el segundo más grande de estado (después del de Izamal). Para refrescarse, lo ideal es visitar un cenote y nadar en aguas cristalinas.

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