El pueblo de Giethoorn, también conocido como la Venecia holandesa

Fue aquí que se prohibió en gran medida, la utilización de vehículos.

01 Aug 2022

En el siglo XVIII unos monjes del Mediterráneo se instalaron en Overijssel, una provincia al norte de Holanda, y construyeron los canales que, desde entonces, conectan a todo Giethoorn. Éstos eran utilizados para transportar la turba y el ganado -sí, las vacas iban de una isleta a otra-. Las casas y fincas quedaron en medio de los canales y formaron pequeñas islas que se comunican entre sí a través de los 180 puentes de madera o por medio de barcas que cruzan los canales.

Foto: Bjorn Agerbeek para Unsplash

Desde entonces, las barcas son el transporte principal de Giethoorn. Los habitantes se trasladan por medio barcas llamadas punters, hechas de madera e impulsadas por una especie de lanza. Ya que las autoridades del pueblo prohibieron el tránsito de automóviles en Giethoorn para mantener la belleza tradicional del lugar; además el lugar no cuenta con vialidades, lo que hace imposible el tránsito de autos. Aquí, se camina o se navega y para cruzar de un canal a otro caminando se construyeron 180 puentes de madera que comunican a las casas y fincas de la región.

Foto: Wikipedia canal en 1946

Una visita guiada

Si hubiera un mundo creado entre La Comarca y los cuentos de hadas de los hermanos Grimn, por supuesto que luciría igual que Giethoorn.

Este pueblo ubicado a 118 kilómetros de Amsterdam es uno de los sitios más tradicionales de Holanda.

La fama llegó a este lugar cuando se estrenó Fanfare en 1958, el film holandés más visto en la historia del país, lo que hizo que este destino se convirtiera en un lugar popular que visitar en el paso por Holanda.

Foto: Pedro Cunha para Unsplash

Giethoorn ofrece no sólo el encanto de los canales y los puentes de madera, sino que destaca por tener un color verde brillante en los jardines de las casas durante el verano y un blanco luminoso a causa de la nieve durante el invierno, tan encantador que es imposible no enamorarse a primera vista.

El norte y sur de Giethoorn hay poco afluencia de turismo, pues es en el centro donde se concentra toda la atención.

La principal atracción del lugar es, por supuesto, la navegación en los canales. Aquí puedes rentar barcas manuales o eléctricas (las más solicitadas).

No importa el tipo de bote que elijas, para conducirlo no necesitas ningún tipo de licencia o permiso; pero sí es recomendable seguir el mapa que los arrendadores te dan a la hora de contratar el servicio (entre tantos canales podrías perderte).

Foto: Wikipedia

La duración aproximada de un recorrido típico es de dos horas, tiempo suficiente para conocer las casas con techos de paja y las fincas construidas en los siglos XVIII y XIX.

El canal principal está conectado con el Parque Nacional Weerribben-Wieden donde se encuentra el humedal de agua dulce más grande de toda Europa del Norte y, si quieres, aquí podrás dar un paseo en bicicleta. Sus callecitas están especialmente diseñadas para eso.
No puedes olvidar visitar Museum Giethoorn ‘t Olde Maat Uus, aquí conocerás más sobre la historia de Giethoorn, el estilo de vida de los agricultores y pescadores, así como aquellos quienes se dedicaban al corte de turba. El museo exhibe herramientas antiguas, disfraces, muebles, suecos y utensilios para el hogar que se utilizaban en la vida cotidiana desde la fundación del pueblo.

Además, cosa rara, en el interior del recinto hay una granja típica de la región, así como una casa de pescadores y la casa de los botes, es ahí donde encontrarás cada detalle de la vida pasada en el pueblo.

Foto: Lucas Doddema para Unsplash

De Oude Aarde es otro lugar obligado en tu recorrido; aquí puedes ver una colección de minerales en su estado natural, como una geoda de amatista de Brasil y ágatas australianas.

Pasar una noche

Después de un recorrido por los canales de Giethoorn, puedes dormir en Dames van de Jonge, un hotel que data de 1953 y del que está a cargo la tercera generación de la familia. Dentro de cualquiera de sus 23 habitaciones encontrarás un cálido y tradicional refugio holandés. Además, aquí mismo está la oficina de turismo.

Para los viajeros que deseen vivir una experiencia más auténtica y campestre, Dames van de Jonge tiene dos granjas disponibles en el pueblo.

Foto: Jessica Kantak Bailey para Unsplash

¿Dónde comer?

En Giethoorn la cocina también es un motivo para viajar: Para comer delicioso está De Lindenhof, es un restaurante con estrella Michelín que ofrece una experiencia única en el pueblo, está situado en una casa de campo con techo de paja y tiene vistas a los canales. En el patio trasero está anclada la barca del chef Martin Kruithof, quien, a veces, invita a algunos comensales a dar un paseo en ella.

La oferta gastronómica se basa en los sabores tradicionales de Holanda, aunque Kruithof no ignora los platillos internacionales, él prefiere mantener los sabores genuinos de la región. La recomendación es hacer una reservación y elegir el menú de degustación de ocho tiempos. Los postres son su especialidad, una tarta de cítricos completará la experiencia.

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