Un valle submarino para los cetáceos

One Ocean Foundation, organización que Rolex apoya mediante la Iniciativa Perpetual Planet, recaba información en un cañón submarino en el Mediterráneo, un rincón de enorme biodiversidad al que llegan siete de las ocho especies de cetáceos que viven en esta región del mundo.

16 Jun 2023

Ginevra Boldrocchi, coordinadora de Proyectos Científicos en One Ocean Foundation, arroja una red al Mediterráneo para recolectar muestras de plancton marino y entender más sobre la sanidad de las aguas en el cañón de Caprera. Foto: © Rolex

Desde 1976, los Premios Rolex a la Iniciativa forman parte de la Iniciativa Perpetual Planet y han otorgado un reconocimiento a quienes transforman vidas y comunidades enteras para construir un mejor planeta para todos. Siguiendo los valores de calidad, ingenio, determinación y el espíritu emprendedor que ha impulsado a la compañía desde sus inicios, en Travesías presentamos esta serie de Guardianes del Planeta, con perfiles de socios y laureados con Premios Rolex a la Iniciativa.

Rolex ha apoyado, desde sus inicios, labores de investigación que ayudan a la comprensión de nuestro planeta, un mundo vasto y complejo, asombroso y diverso. Desde 2019, con la consolidación de la Iniciativa Perpetual Planet, estableció alianzas con diversas instituciones que comparten su punto de vista sobre la importancia de conocer y proteger las regiones más vulnerables de la Tierra. Uno de los organismos a los que Rolex brinda su apoyo es One Ocean Foundation, que desde su creación, en 2018, mantiene el objetivo de acelerar posibles soluciones a los problemas del océano, así como desarrollar actividades educativas y de investigación medioambiental.

Ginevra Boldrocchi recolecta datos de la biodiversidad y el ecosistema de las aguas del cañón de Caprera, en el mar Mediterráneo, para poder protegerlo. Foto: © Rolex.
Ginevra Boldrocchi recolecta datos de la biodiversidad y el ecosistema de las aguas del cañón de Caprera, en el mar Mediterráneo, para poder protegerlo. Foto: © Rolex.

La bióloga marina Ginevra Boldrocchi coordina las labores de investigación científica de One Ocean Foundation, que hoy se enfoca en recabar evidencia científica para demostrar la importancia de un área de gran biodiversidad en el Mediterráneo y ayudar a su protección. Esta región llamó la atención desde 2011; en ella se había realizado una serie de trayectos en barco –viajes en línea recta conocidos como transectos– en busca de delfines y ballenas. Lo que saltó a la vista en dichas expediciones fue que es una zona verdaderamente biodiversa y que alberga especies únicas. Estos hallazgos dejaron claro que había que explorar no sólo con mayor regularidad, sino también con el equipamiento necesario para tener un conocimiento más completo del ecosistema.

Justo al noreste de Cerdeña se encuentra el área de investigación llamada cañón de Caprera, un valle submarino que no puede observarse a simple vista, pero que –como suele ocurrir con formaciones semejantes en las profundidades– tiene una gran abundancia de vida marina. Las corrientes que fluyen por las paredes del cañón obligan a los nutrientes que reposan en el lecho marino a subir a la superficie, una dinámica que permite el crecimiento de algas y el desarrollo de plancton, mezcla que atrae a una rica diversidad de especies animales. Por eso no es extraño que siete de las ocho especies de cetáceos de las que hay registro en el Mediterráneo –algunas de ellas particularmente raras– estén presentes justo en este rincón privilegiado de nuestro planeta.

El especialista en bioacústica Walter Zimmer trabaja con One Ocean Foundation para crear grabaciones de audio de los cetáceos que viven en las aguas del cañón de Caprera. Foto: © Rolex.
El especialista en bioacústica Walter Zimmer trabaja con One Ocean Foundation para crear grabaciones de audio de los cetáceos que viven en las aguas del cañón de Caprera. Foto: © Rolex.

Boldrocchi y su equipo han hecho una visita mensual al cañón durante un año y medio, tiempo en el cual han podido registrar imponentes mamíferos, como los rorcuales de aleta –el segundo animal más largo del mundo, sólo después de la ballena azul– y los cachalotes –los mayores depredadores–; especies de las que no existía constancia en la zona, como el ballenato de Cuvier, o animales en peligro de extinción, como el delfín común o la foca monje, cuya población va en aumento en el Mediterráneo. Estas y muchas otras especies marinas tienen su hogar en este cañón o al menos transitan por la zona, que se considera ideal para su alimentación. Su presencia ha podido documentarse de diferentes maneras: el equipo científico recoge adn ambiental, que ayuda a reconstruir la historia de las especies que recorrieron la región en los últimos días, incluso si los ejemplares han seguido su camino. También recogen muestras de zooplancton para monitorear la salud del ecosistema. Y, gracias a la colaboración del especialista en bioacústica Walter Zimmer, han podido escuchar los cantos de los cetáceos mediante el uso de hidrófonos. Con estos audios, además de identificar especies, se puede determinar el número de individuos y su ubicación. Con la ayuda de sensores acústicos 3D obtienen grabaciones durante los últimos tres meses de toda la actividad submarina, lo cual es muy importante si se considera que, desde la superficie, es difícil saber cuándo hay poblaciones de cetáceos nadando en las profundidades. Zimmer asegura que sintió una gran emoción cuando escuchó los sonidos del primer cachalote que captó su tecnología.

El equipo filtra las muestras de agua que tomaron del cañón de Caprera, para entender el estado del ecosistema y poder protegerlo. Foto: © Rolex.
El equipo filtra las muestras de agua que tomaron del cañón de Caprera, para entender el estado del ecosistema y poder protegerlo. Foto: © Rolex.

La claridad y el oleaje de este mar, a veces turquesa, a veces de un azul profundo, hacen pensar en un tiempo anterior a la humanidad. Sin embargo, ni el Mediterráneo ni el privilegiado cañón de Caprera están al margen de los desafíos del presente. Los plásticos y la contaminación acústica son algunos de los problemas que este mar comparte con otras regiones oceánicas, lo que se suma a la ocasional captura de cetáceos por parte de embarcaciones pesqueras, las colisiones accidentales de los animales con grandes barcos o la presencia de contaminantes químicos en el agua. Por eso es tan importante entender a fondo las dinámicas de este valle submarino: qué especies lo habitan, cuándo lo visitan, cómo se alimentan. Esto permitirá, por ejemplo, crear estrategias de protección o limitar la pesca a ciertos meses del año, cuando esta actividad no ponga en peligro la fauna.

Para Boldrocchi y el resto del equipo de One Ocean Foundation, el objetivo final de toda esta documentación, la cual sólo se logra mediante visitas constantes y el rigor en el levantamiento de información, es conseguir la protección del ecosistema del cañón de Caprera. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, por medio de la Mammal Protected Areas Task Force, podría darle el nombramiento de Área Importante para los Mamíferos Marinos. Esto, más allá de una serie de títulos, tiene una enorme relevancia, pues ayudaría a regular de manera estricta o prohibir directamente actividades como la pesca. Lograr la protección de las regiones clave para la biodiversidad, sin importar que sean pequeñas, es también una forma de preservar los grandes océanos del mundo. “Espero que se resguarde el cañón –asegura Boldrocchi–, para avanzar un paso más en la protección del mar”.

Conoce más sobre estas iniciativas en rolex.org #Rolex #PerpetualPlanet #RolexAwards #GuardianesdelPlaneta

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