Regresar los bosques a las nubes

Mediante un reforestación masiva, impulsada por las comunidades locales, el biólogo peruano Constantino Aucca Chutas, Laureado de los Premios Rolex a la Iniciativa 2023, lucha por repoblar los bosques más altos del mundo, que se encuentran en los Andes.

08 May 2024

Desde 1976, los Premios Rolex a la Iniciativa forman parte de la Iniciativa Perpetual Planet y han otorgado un reconocimiento a quienes transforman vidas y comunidades enteras para construir un mejor planeta para todos. Siguiendo los valores de calidad, ingenio, determinación y el espíritu emprendedor que ha impulsado a la compañía desde sus inicios, en Travesías presentamos esta serie de Guardianes del Planeta, con perfiles de socios y laureados con Premios Rolex a la Iniciativa.

La misión de Constantino Aucca Chutas, Laureado de los Premios Rolex a la Iniciativa 2023, empezó hace más de tres décadas, cuando apenas era un estudiante de biología en Cuzco y fue testigo del deterioro por el que atravesaban las laderas de los Andes de Perú. Entonces supo que había que empezar a tomar acción o pronto sería demasiado tarde, y que la única vía posible para hacerlo era la reforestación.

Sin embargo, no sería fácil. Las condiciones en la región andina no son particularmente fértiles y el terreno había sufrido de manera notoria a causa de años de deforestación. El biólogo peruano comprendió que sólo los agentes locales y las comunidades indígenas de los Altos Andes podrían recuperar su propia tierra. Así puso en marcha una iniciativa de reforestación masiva que, con el esfuerzo de cerca de 60 comunidades, ha conseguido plantar más de 4.5 millones de árboles a través de cinco fronteras de América del Sur.

Los habitantes de Quishuarani participan en una jornada comunitaria, impulsada por la Asociación de los Ecosistemas Andinos, para sembrar Polylepis y recuperar los bosques nativos que se han reducido drásticamente por actividades de deforestación. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).
Los habitantes de Quishuarani participan en una jornada comunitaria, impulsada por la Asociación de los Ecosistemas Andinos, para sembrar Polylepis y recuperar los bosques nativos que se han reducido drásticamente por actividades de deforestación. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).

Aucca Chutas fundó los grupos de conservación Asociación Ecosistemas Andinos (Ecoan), en el año 2000, y Acción Andina, en el 2018, con los que ha ido tejiendo una extensa red de colaboradores sin quienes esta labor nunca hubiera sido posible. “Miráramos donde miráramos, parecía que el problema era el ser humano –explica Constantino–. Así que dijimos, ¿por qué no trabajar con las personas para que sean parte de la solución?”.

Precisamente los grupos originarios, que han poblado la región por siglos, son los principales perjudicados por la pérdida de los bosques. Esta generación ha visto cómo los glaciares frente a ellos van perdiendo tamaño, ha tenido que enfrentarse a una insólita escasez de agua y es testigo de la desaparición de la vida silvestre que los rodeaba y ahora no tiene espacios para habitar. Ecoan y Acción Andina también ayudan a que estos grupos puedan retomar el control sobre su tierra, ayudándolos a obtener títulos de propiedad, lo que les proporciona protección jurídica. Además, en una labor conjunta de autoridades y comunidades locales, se han delimitado 16 áreas protegidas en la cordillera peruana de Vilcanota, donde a partir de la reforestación los grupos autóctonos podrán recuperar sus medios de subsistencia, mejorar su calidad de vida y garantizar el futuro de tradiciones milenarias.

Aucca Chutas conversa con habitantes de los Altos Andes. Ecoan y Acción Andina, los grupos de conservación que ha cofundado, trabajan de cerca con las comunidades locales para devolverles la autonomía sobre sus tierras y reforestarlas en conjunto. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).
Aucca Chutas conversa con habitantes de los Altos Andes. Ecoan y Acción Andina, los grupos de conservación que ha cofundado, trabajan de cerca con las comunidades locales para devolverles la autonomía sobre sus tierras y reforestarlas en conjunto. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).

Pero sembrar a los 5,000 metros sobre el nivel del mar que impone la altitud en los Andes no es cualquier cosa. Éstos son algunos de los bosques más altos del mundo y sólo plantas muy especiales pueden crecer en este ambiente. Por eso, Aucca Chutas y sus equipos han tenido que recurrir a especies autóctonas que sirven para repoblar este territorio, específicamente a los Polylepis. Estos árboles alguna vez cubrieron buena parte de las montañas en los Altos Andes, pero la deforestación por explotación o la expansión de pastizales para la ganadería ha ido disminuyendo su territorio de forma drástica.

Los bosques de Polylepis crecen entre picos nevados, desafían las alturas y constituyen el único ecosistema para la vida silvestre de los Andes, que incluye varias especies endémicas, muchas de las cuales ya figuran en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (uicn). El oso de anteojos, el cóndor andino y el puma son sólo algunos de los animales que habitan este complejo ambiente y cuya existencia se ve seriamente comprometida por la deforestación.

La región montañosa alrededor del pueblo de Quishuarani, a 4,800 metros sobre el nivel del mar, donde la Asociación de los Ecosistemas Andinos llevó a cabo una de sus jornadas de reforestación. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).
La región montañosa alrededor del pueblo de Quishuarani, a 4,800 metros sobre el nivel del mar, donde la Asociación de los Ecosistemas Andinos llevó a cabo una de sus jornadas de reforestación. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).

Por si fuera poco, estos árboles tienen una función hidrológica clave para las comunidades agrarias e incluso para el ecosistema del vecino Amazonas. Los bosques de Polylepis absorben la humedad de la niebla que se forma en las alturas y almacenan grandes cantidades de agua que van descargando por los arroyos de montaña para devolverla a la cuenca del extenso río. La reintroducción de esta especie en el ecosistema andino sirve para proveer de agua a las comunidades locales que enfrentan su escasez y ayudar a un ciclo hídrico cada vez más estresado por el cambio climático.

Aucca Chutas, quien desciende de agricultores quechuas, considera clave la participación de las comunidades locales y ha aplicado valores indígenas de cooperación, como el ayni (reciprocidad) y el minka (trabajo comunitario compartido), para darle forma a sus proyectos. Desde 2014 organiza una plantación masiva entre habitantes de la región, la cual ahora se ha convertido en un festival anual en el que se siembran más de 50,000 árboles por día y se celebran tradiciones ancestrales.

Pastores en las laderas de los Andes, en Perú. El crecimiento de las actividades de ganadería y las zonas de pastoreo han sido una de las principales causas de la deforestación que hoy combaten Aucca Chutas y sus equipos. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).
Pastores en las laderas de los Andes, en Perú. El crecimiento de las actividades de ganadería y las zonas de pastoreo han sido una de las principales causas de la deforestación que hoy combaten Aucca Chutas y sus equipos. (Foto: © Rolex / Sofía López Mañan).
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