¿Por qué hay tantas inundaciones en CDMX?
No importa si eres chilango o turista, si estás en la Ciudad de México durante la temporada de lluvias, que va más o menos desde mayo hasta septiembre, podrás confirmar que las inundaciones son parte del día día.
POR: Paulina Espinosa
Cada temporada de lluvias es la misma historia: calles que se convierten en ríos, coches descompuestos, tráfico parado por horas y gente caminando con el agua hasta las rodillas. Las inundaciones en la Ciudad de México no son novedad, pero sí un problema que parece repetirse año tras año.
¿Por qué pasa esto?
La respuesta mezcla historia, geografía, urbanismo y un poco de mala planeación.
Para empezar, la ciudad está construida sobre lo que antes fue el gran lago de Texcoco. Los mexicas lo dominaron con chinampas y canales, pero al llegar los españoles comenzó el drenaje del lago para poder fundar la ciudad. Eso significó que gran parte del agua que naturalmente se acumulaba en la cuenca dejó de tener dónde filtrarse. Así que, desde el principio, la ciudad estaba destinada a lidiar con un terreno que, cuando llueve, simplemente no absorbe.
A esto se le suma que creció de manera descontrolada. El pavimento, el concreto y el asfalto ocupan hoy la mayor parte de lo que antes eran zonas verdes.
¿El resultado?
El agua no se infiltra en el suelo y termina corriendo directamente hacia las calles. Cada tormenta satura coladeras y drenajes, que ya de por sí son sistemas viejos, construidos hace más de un siglo para una ciudad mucho más pequeña que la actual.
Otro factor clave es el hundimiento del suelo. La ciudad extrae agua del subsuelo para abastecer a millones de habitantes y eso provoca que el terreno se hunda, en algunas zonas hasta 40 centímetros por año. Ese hundimiento genera desniveles que dificultan que el agua corra de manera natural hacia los drenajes, provocando encharcamientos y avenidas convertidas en lagunas improvisadas.
El cambio climático también ha jugado su papel. Hoy las lluvias son más intensas y concentradas. En lugar de caer de manera moderada durante varias horas, ahora son torrenciales de un minuto a otro.
Por si fuera poco, la basura agrava la situación. Bolsas, botellas y desechos tirados en la calle terminan tapando las coladeras. Es suficiente que unas cuantas estén obstruidas para que todo un cruce se inunde. Y aunque muchas veces se le carga toda la culpa al gobierno, la verdad es que la cultura ciudadana también cuenta: si la gente no tira basura en la calle, el agua podría correr un poco mejor.
¿Hay solución?
Existen proyectos que apuntan hacia la recuperación de espacios verdes, la ampliación de drenajes y la captación de agua de lluvia en casas y edificios. También hay cada vez más iniciativas para aprovechar el agua pluvial como recurso en lugar de dejar que se desperdicie. Pero la realidad es que, mientras no haya una planeación urbana más ordenada y un esfuerzo conjunto entre autoridades y ciudadanos, las lluvias seguirán siendo sinónimo de caos.
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