Estados Unidos regresa piezas teotihuacanas a México

Tras años en el sótano de un coleccionista amateur, estas piezas regresan a su país de origen.

17 Apr 2019

El patrimonio histórico otorga identidad, de ahí que muchas naciones se den a la tarea de rastrear objetos valiosos de su pasado, ya sea para recuperarlos o solicitar su retorno. Algunos países hacen lo propio y devuelven aquello que –a veces por extrañas razones– está en su poder aunque no les pertenezca. Tal como lo hicieran Italia y Alemania, territorios que regresaron a México parte del patrimonio cultural que poseían.

Recientemente, y gracias al tratado de Cooperación México-Estados Unidos para la Recuperación y Devolución de Bienes Arqueológicos, Históricos y Culturales Robados, firmado en 1970, se repatriaron dos piezas prehispánicas al INAH que habían sido traficadas desde un sitio arqueológico mexicano.

piezas teotihuacanas que el FBI regresó a México

El hallazgo de este patrimonio cultural

En el 2015, el FBI recuperó alrededor de 42 mil piezas arqueológicas provenientes de diferentes civilizaciones, además de los huesos de antiguos nativos de Norteamérica que eran conservados por quien vivía ahí antes de morir: Don Miller, un coleccionista de Indiana que, presuntamente, tomó o compró las piezas de manera ilegal durante excavaciones arqueológicas amateur, según diversas fuentes noticiosas.

Entre dichos restos se encontraban dos figuras antropomorfas de 6.5 por 9 centímetros hechas de barro con técnica de modelado y de un estilo teotihuacano del Periodo Clásico mesoamericano de la planicie central de México. Aunque el gobierno mexicano nunca levantó un reporte por estas piezas, se cree que Miller las obtuvo entre las décadas de los 60 y 70.

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Las otras piezas encontradas

Desde el hallazgo de todos estos bienes arqueológicos, el FBI trabaja con varios expertos para analizar cada objeto, determinar su procedencia y devolverlo a sus países de origen, entre los que destacan (además de México) China, Canadá, Irak y Perú.

Una vez que estén bajo la protección del INAH, ambas piezas serán reintegradas y registradas en el acervo del instituto. Ahí se determinará su destino y pasarán por un proceso de curaduría para, posiblemente, ser puestas en exhibición al público.

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