Gracias a la ausencia masiva de personas, las áreas naturales alrededor del mundo, los animales y las plantas están resurgiendo. Así como han circulado noticias y fotografías casi inverosímiles de leones descansando en las calles o de cocodrilos en las playas de Oaxaca, ahora diversos mares están protagonizando momentos inesperados en los que puede contemplar (gracias a la poca contaminación del agua) un brillo azul intenso en las olas.

Uno de los episodios brillantes que más han resonado en redes sucedió el 23 de abril la costa de Newport Beach, al sur de Los Ángeles. El capitán Ryan Lawler y el fotógrafo Patrick Coyne, a bordo de una embarcación, captaron a un grupo de defines nadando y jugando entre las olas bioluminiscentes del Pacífico californiano, lo que ocasionó que los animales también se vieran de color azul brillante, dejando una estela fluorescente a su paso.

Pero esto no es todo. En días anteriores también le tocó a Acapulco dar a conocer que el mar de las bahías también tiene el poder de tornarse fosforescente y sorprender a quien pase por ahí.

La bioluminiscencia se apoderó de Acapulco

Este fenómeno, llamado bioluminiscencia, ocurre por la presencia de microalgas o plancton luminoso. Estos organismos tienen la capacidad de transformar la energía química en lumínica a través de ciertas reacciones, las cuales se disparan en momentos de tensión o estrés, en este caso por el movimiento de las olas al romper en la arena.

Existen diversas especies que pueden volverse brillantes, entre ellas bacterias, moluscos, peces, insectos, gusanos, medusas u hongos. Utilizan este recurso bioquímico principalmente como método de defensa, para atraer presas o para atraer parejas. La bioluminiscencia por lo general se manifiesta en tonalidades fosforescentes que van del azul al verde, pues la mayoría de las especies marinas únicamente ven este espectro de colores; no pueden procesar colores como rojo, amarillo o morado.

Este fenómeno ocurre regularmente en algunas playas de México, no obstante, en Acapulco es difícil verlo por la gran cantidad de actividad y personas que hay usualmente. Sin embargo, y gracias a que las playas permanecen cerradas por el COVID-19, ayer el mar de Puerto Marqués se iluminó y generó un espectáculo tan extraño como maravilloso para los locales. Un recordatorio de lo hermoso que se ve el Pacífico en esta ciudad cuando no hay tanta gente.

medusas bioluminiscentes

Dónde más ver los efectos de la bioluminiscencia

Existen varias playas en México donde se puede presentar este espectáculo luminoso, pero sobre todo ocurre en la costa de Oaxaca. Por lo general se da en sitios marítimos, pues la gran mayoría de los seres que brillan viven en el agua salada. Por lo contrario, casi no se ven organismos bioluminiscentes en cuerpos de agua dulce. En la tierra es un poco más difícil encontrarlos, aunque no imposible, ya que existen insectos como las luciérnagas y algunos caracoles de la selva asiática.

Otra prueba de que la vida marina regresa poco a poco a Acapulco

Las olas bioluminiscentes no son la primera prueba de que el mar de este puerto guerrerense está más lleno de vida que nunca. Y es que a principios de abril, los locales fueron testigo de una ballena que nadaba en plena Bahía y deleitó a todos con una serie de saltos monumentales.

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Foto de portada: Fidetur Acapulco

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