Conoce el árbol navideño originario de los bosques mexicanos

Tengo una amiga que a todo lo común le pone su toque especial. No por nada es artista y le gusta la fotografía, porque aunque parece casual todo lo que la rodea, yo sé que ama darle ese detalle que lo vuelve único. Desde el comedor de su loft, que en su momento tenía una mesa de plástico, y aún así, cada vez que la visitaba quería tomarle foto. Una sala tapizada de obras de arte acompañadas de una luz natural perfecta. Y en época navideña, un árbol espectacular que, sin embargo, no acompaña con nada más que luces y un moño enorme de terciopelo.

Seguramente te preguntarás, qué tanto puede variar un árbol navideño y la respuesta después de ver su casa adornada, a mi sorpresa, es mucho. Así conocí el ayacahuite, un pino emblemático de México que crece en las zonas altas y frías del país, especialmente en regiones de altura.

Es un árbol alto y la verdad bastante elegante gracias a que sus ramas caen más que las de un pino normal dándole un aire suave y aesthetic. Puede superar los 40 metros de altura y su presencia es tan armoniosa que en muchas regiones se utiliza como árbol de Navidad natural.

Más allá de su belleza, el ayacahuite es una pieza fundamental en los bosques de montaña: retiene humedad, aporta sombra, protege el suelo y sirve de refugio a aves, mamíferos y otras especies, por lo que en varias tradiciones locales se le considera un árbol protector del bosque y símbolo de abundancia natural. Aunque no está catalogado como especie en peligro, forma parte de ecosistemas que requieren cuidado constante debido a la deforestación, los incendios y el cambio climático.

¿Dónde comprar un ayacahuite en CDMX?

Botéo es el lugar más práctico para comprarlos. Tienen 3 tamaños diferentes y la fecha de recolección se lleva a cabo a principios de diciembre, de hecho, aún estás a tiempo para pedir el tuyo. Además, al comprar un pino aquí, apoyas los esfuerzos de reforestación de terrenos agrícolas abandonados sembrando 5 árboles y al mismo tiempo, reduces tu huella de carbono durante 10 años en comparación con la que tendrías al comprar uno artificial o importado.