Ruta del vino en Capadocia

Este destino es la cuna del vino en Turquía.

03 Nov 2017

Murat Yanki, dueño del hotel Şira  experto en vinos 

El hotel de Murat Yanki se encuentra en el punto más alto de Capadocia, en una meseta en Uçhisar. Se llama Şıra, que significa mosto. La terraza domina un inmenso páramo, con formaciones rocosas aquí y allá. Está casi seguro de ser el único experto en vino en toda Capadocia.

Aunque se formó como guía de turistas —que en Turquía es una carrera con un prestigio social y un grado de exigencia que no tiene en ningún otro lado—, ha publicado varios libros sobre la historia del vino, sobre el vino y su geografía, el vino y su cultura.

En unos minutos cuenta por qué Capadocia es la cuna del vino en Turquía, y por lo tanto, del mundo. Se han encontrado en las cercanías artefactos de 4,000 y 5,000 años de antigüedad para fabricar vino. De los 847 artículos del código legal del gran reino hitita (1800-1200 a.C.), más de 20 se referían al vino, estableciendo estándares de calidad y asentando sus primeras denominaciones formales: joven, añejo, tinto, especiado o con miel.

Luego del hiato interpuesto por el Imperio otomano, musulmán, que prohibía, salvo a sus minorías cristianas, la producción y el consumo del vino, la industria renació cuando Atatürk, secular y amante del vino hasta la muerte, legalizó nuevamente su producción en los años veinte.

De entonces a la fecha la calidad ha ido en aumento, hasta la excelencia en años recientes, como los de las casas Kavaklıdere, Turasan y otras muchas. “En Turquía se hace un vino de gran calidad.” Además, aquí se pueden probar las variedades de uva más viejas de la Tierra. Mientras que una plaga forzó a la implantación de viñas del viejo mundo en cepas americanas, en Capadocia se puede encontrar una variedad nativa genéticamente intacta, llamada emir.

Capadocia es el mejor lugar del mundo para caminar, para hacer senderismo, en especial de abril a septiembre, aunque se dice que no hay nada como el paisaje de Capadocia cuando nieva. “Hay lugares del mundo fabulosos, pero la naturaleza suele mostrar un paisaje monótono. En Capadocia hay una sorpresa espectacular a la vuelta de cada esquina —dice—. Hasta es posible que exista otro lugar parecido a Estambul pero, si hay una región única en el mundo, es Capadocia.”

Cata de vinos en Argos

En Capadocia, la piedra se desmorona. Cada tantos años, ocurre un colapso. De esos colapsos parciales está hecho el paisaje: del trabajo del viento contra la piedra, lento, pero implacable.

El hotel Argos se encuentra en el distrito de Uçhisar, dentro del parque nacional de Göreme, en el corazón de Capadocia. Se construyó sobre las ruinas de un monasterio cristiano labrado en la piedra, que desapareció hace milenios, y cuya estructura sirvió después como caravasar —la venta del viajero de la Ruta de la Seda—, luego, como fábrica de aceite y después, nada: cantera de piedras para la construcción de casas. Con una intervención arquitectónica fiel al espíritu del espacio, se recuperó para ser este hotel.

Uno de los rasgos más notables del establecimiento es su cava, una serie de bóvedas curvas que los monjes cavaron en la piedra porosa de la región. Desde entonces —hace más de 1,000 años— sirve para lo mismo: almacenar vinos.

Sentarse a beber aquí, en esta fresca residencia terrestre, una copa de vino hecho con emir, la uva nativa de Capadocia, evoca a aquellos hombres rústicos y fieles que hacían aquí eso mismo hace tanto. Hay otras miles de botellas (hechas con narince, sultaniye, etc.) emparejadas ponderadamente con productos de la región: quesos, oliva y frutas.

Viñedos

El aire seco de Capadocia, el de una meseta de 1,000 metros de altitud, el suelo hecho de grava volcánica, el ir y venir anual de las temperaturas, del crudo invierno al tórrido verano, las largas horas de luz que el sol deposita en la tierra, determinaron las ventajas para la producción del vino, por lo menos desde el año 1500 antes de Cristo, y con su apogeo, ligado al esplendor de los monasterios, en los siglos IX y XI de nuestra era. Variedades nativas como emir, que da un blanco seco, y narince, un aroma cítrico y floral.

La arquitectura rupestre, además, brindó la conveniencia de una temperatura fresca en sus almacenes, con variaciones imperceptibles de invierno a verano. Casas importantes como Turasan, Vinolus, Gelveri se encuentran en la región, con otras más artesanales, como Kocabağ y Kavaklıdere. La viña es un elemento convencional del paisaje. En los descansos del sendero capadocio, un emparrado ofrece su frescor milenario.

Extracto tomado del libro Turquía: la guía de los expertos, proyecto especial de Travesías Media en colaboración con Sea Song. 

Sea Song Tours es una agencia de viajes y un operador turístico turco que ofrece itinerarios memorables de por vida, diseñados para los viajeros más exigentes. Para más información sobre Turquía visita Seasong.com 

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