Cuando pensamos en cenotes, normalmente los ubicamos en una región específica de México. El imaginario los tiene cerca de la península de Yucatán y con toda la razón, ya que las autoridades calculan que podría haber al menos 7,000 de estos pozos subterráneos por dicho territorio. Sin embargo, entre todos estos no se incluye el cenote más profundo del mundo que, aunque sí está en México, se forma a miles de kilómetros más al norte.
Hablamos de las aguas de El Zacatón, un cenote que se forma al sur de Tamaulipas y cuya profundidad total alcanza unos extraordinarios 339 metros, que lo convierten en el pozo más profundo conocido hasta la fecha.
El Zacatón se encuentra en el municipio de Aldama, más o menos a dos horas en auto desde Tampico. Además de tener el cenote más profundo del mundo, es un lugar conocido por su ecoturismo, rodeado de formaciones geológicas, lagunas y una amplia diversidad de especies animales.
Un ecosistema de otro planeta
Las características tan particulares de El Zacatón lo han convertido en un caso de estudio para todo tipo de investigadores. Incluso la NASA ha realizado pruebas en sus profundidades, logrando sumergir un submarino robot a más de 300 metros, como un ensayo para futuras exploraciones a las lunas de Júpiter.
Desde luego que el cenote más profundo del mundo también es un atractivo irresistible para los buceadores más experimentados. En El Zacatón incluso se han roto récords mundiales. En 1993, la doctora Ann Kristovich descendió 169 metros, estableciendo la marca para el descenso más profundo realizado por una mujer en un cenote. Un año después, los expertos de cuevas subterráneas Jim Bowden y Sheck Exley llegaron más abajo que nadie: el primero se sumergió hasta 282 metros, marcando el récord mundial para un hombre, Exley casi llegó a los 100 metros, sin embargo, no salió con vida de la expedición.
Y es que a pesar de que desde la superficie las aguas de El Zacatón pueden parecer tranquilas, lo cierto es que las corrientes a esas profundidades se vuelven engañosas. Pasando los 150 metros comienzan a formarse túneles, que conectan el cenote con el complejo sistema de cuevas subterráneas que recorre todo Aldama. Además, el agua en el cenote más profundo del mundo tiene una alta concentración de azufre, intolerable para el cuerpo humano, lo que hace que su nado no sea recomendado para el público en general.
