Dónde comer, dormir y qué visitar en Tepoztlán

Este acogedor Pueblo Mágico se ha convertido en un pequeño gran refugio turístico.

12 May 2022

En Tepoztlán, un escape de fin de semana o un viaje de descubrimiento se convierte en un collage de colores, sabores y sonidos. Por ello, a manera de mapa de lugares imperdibles y recomendaciones de qué hacer en un día completo, preparamos una guía para que tu visita sea inolvidable.

Comienza el día

En cualquier lugar del mundo las mañanas deberían de comenzar con un buen café. En Tepoz, la oferta del tema cafetero es variada, pero entre los favoritos está la cafetería Flor del norte, donde el latte matutino se puede acompañar igual de un cruffin relleno de crema de limón, que de un poco de shopping de artesanías. Ahora que si te decantas por una comida un poco más completa -y frecuentada por los locales-, recomendamos el restaurante Santa Tepoz, ubicado en el local 3 del lado oriente del mercado del pueblo, en cuya terraza en su terraza podrás disfrutar de unas tostadas de ceviche.

Actividad matutina

Antes de la comida y después de un energético desayuno, es buen momento para encaminarse al Cerro del Tepozteco, un lugar místico enclavado entre caminos boscosos, que forma parte del parque nacional homónimo en el que venados, codornices y coatíes tienen su hábitat. El trayecto a la zona arqueológica dura casi dos horas —no se recomienda ir muy temprano porque de todos modos la entrada es a partir de las 9:00 A.M. Parte desde el sendero que dice Calle del Tepozteco: para encaminarse sólo basta seguir el camino de dos kilómetros que te ascenderá hasta la gran pirámide de 9.5 metros de altura que se ubica en lo alto de la montaña. En este lugar espiritual y majestuoso históricamente se le rendía culto a la deidad Tepoztecált y al dios del pulque. Sin duda, el lugar más emblemático del valle de Tepoztlán. 

A medio día

El recorrido puede continuar con una visita al ex Convento de la Natividad, considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1994. El lugar, uno de los hitos arquitectónicos más notables de América Latina, está abierto de martes a viernes de 9:00 a 18:00 horas de forma gratuita y es uno de los atractivos locales que no debes perder de vista. Muy cerca está La Parroquia de la Natividad, otro de los triunfos del ingenio de la Orden de los Frailes Dominicos y de la mano de obra local. Ambas construcciones, edificadas entre los años 1555 y 1580, representan el esplendor de una época y son todo un viaje a un pasado que se conserva vigente en las tradiciones y celebraciones locales (el atrio empedrado es una belleza). 

Para la comida… y algo más

Para saciar el apetito provocado por tanta caminata, recomendamos Mesa de Origen, dentro del Hotel Amomoxtli. Aquí podrás encontrar platillos para todos los gustos. Desde una pizza con jamón curado de Morelos hasta un conejo en mole de ceniza. La oferta es vasta, pero la constante son los ingredientes frescos y las técnicas bien ejecutadas. 

Para el poste hay que recurrir a lo infalible: las Tepoznieves. Tienen más de 300 combinaciones en cuanto a nieves y helados de sabores se refiere: higo con mezcal, zapote negro, flor de mayo (una planta local), semillas secas o las especiales, como la Oración del Amor que está preparada con bombón, almendras, durazno y pétalos de rosa. 

Y para cerrar la tarde con broche de oro hay que darse una vuelta por el Bazar de libros y discos Recikla Tepoztlan, donde además de vinilos raros de indie-rock, new wave o pop, podrán encontrar libros de la historia de Tepoztlán y hasta te regalarán un mapa impreso del pueblo para que tu visita tenga un aire vintage. Ya que andas por esos terrenos retro, puedes ir a echarle un ojo a la cartelera del Baticine Tepoz, un espacio que parece suspendido en el tiempo, en el que podrás ver cine clásico y películas de arte en una sala como las de antaño. 

De compras 

Todos los domingos  y los miércoles se monta un vistoso tianguis sobre la calle Isabel la Católica (sí, adivinaste, en la misma zona del centro), que se caracteriza por sus tonos azules (de ese color son las uniformes mantas de los puestos) en el que una pequeña caminata curiosa te revelará un mar de artesanías, folclor, detalles y recuerdos del lugar. Además, tu travesía culinaria podrá seguir su curso con la gran oferta del barrio tradicional y antojitos como los itacates (que son gorditas de maíz con manteca bañadas con salsa, crema y mucho queso) o la famosa cecina de Yecapixtla. Claro, en el mercadito también abundan los cacharros, como pinturas, esculturas y parafernalia de  avistamientos ufológicos que emocionarán a tu Jaime Maussan interior.

En la noche

El pueblo destaca por ofrecer tardes y noches de ensueño para tomar una copa, salir entre amigos o disfrutar de la vida nocturna. Para el remate de esta travesía no te va a Margarita Concept Garden, un encantador bar ubicado justo atrás del Hotel Posada del Zapoteco, famoso por sus dos jardines (uno interior y otros exterior) y su idílico diseño, a cargo del arquitecto y paisajista Santiago Camarena. 

Por último, pero no menos importante ¿dónde hospedarte? 

Una de las grandes ventajas de Tepoztlán, además de su cercanía a la CDMX, es que su oferta de hospedaje es lo suficientemente amplia como para resolver viajes de último minuto. Para el plan más relajado y explorador están las cabañas del Bosque Geométrico —ubicadas en Camino Antiguo a Amatlán 35 y disponibles en Airbnb— o La Posada Santo Domingo (muy cerca del centro), lugar donde además de dormir de maravilla, podrás tomar un temazcal. Para los que prefieren entregarse al confort y el hedonismo, está el Hostal de la Luz (ubicado en la carretera federal Tepoztlán-Amatlán, muy cerca del sendero hacia la zona arqueológica) o el hotel boutique Amomoxtli —que se traduce como “lugar de magia”— , situado en una esplendorosa quinta a la orilla del Tepozteco.

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