Historias de Hoteles: Hotel Geneve en CDMX

Desde hace 115 años, este hotel relata las historias del país desde otra perspectiva.

07 Sep 2022

Foto: Ritta Trejo

Desafiando la primera crisis económica internacional de la era moderna, ocurrida en 1907, el Hotel Geneve abrió sus puertas apenas dos años después de que México experimentara una devaluación del 50% en la moneda nacional. Precisamente fue durante ese año que el desarrollo del país se frenó por completo, excepto quizá, por este hotel.

El comienzo de la revolución

Porfirio Diaz, impulsando la inversión extranjera en el México de 1898, permitió que el arquitecto canadiense Thomas Sinclair Gore construyera, en la Colonia Juárez, el hotel que marcaría una revolución en el mundo de la hospitalidad del país.

Tan pronto como el hotel estuvo listo para abrir sus puertas, Guillermo Kahlo, fotógrafo oficial de la presidencia de la República durante el Porfiriato, tomó la primera foto del Geneve. Ese mismo día, nacía su hija Frida.

Dos años después de su apertura, el hotel se convirtió en el mayor promotor del turismo extranjero en México. Desde 1909 fue el favorito de diversos personajes importantes en la escena política y cultural de todo el mundo.

Convertido en un centro de reunión para las familias más prestigiosas del país y el lugar favorito para los extranjeros, en Palm Garden -el restaurante del hotel- se sirvió un platillo innovador, inspirado en el emparedado que creó John Montagu IV, conde de Sándwich, en el siglo XVIII: el primer sándwich de México.

Foto: Facebook Hotel Geneve

En octubre de 1910 un letrero con mayúsculas anunciaba su platillo emblemático: sándwiches. Hecho con ingredientes frescos y un aderezo especial y secreto hasta la fecha, éste se convirtió en uno de los sellos más característicos del hotel.

Tanto Palm Garden como el resto del Hotel Geneve, parecían ser un refugio para los huéspedes, un lugar donde el tiempo se detenía en paz; sin embargo, puertas afuera, el país atravesaba varias crisis, como la huelga textil en Río Blanco Veracruz y las rebeliones desatadas por los mineros de Cananea y Sonora.

El auge del hotel fue tal, que horas antes de que estallara la Revolución Mexicana el 20 de noviembre de 1910, el General Porfirio Díaz, para mostrar tranquilidad y estabilidad política, disfrutó de una comida en Palm Garden.

Desde los inicios de la Revolución Mexicana y hasta su término, siete años después, el Hotel Geneve fue una especie de zona neutral, hospedando a los embajadores con sus familias e, incluso, algunos grupos revolucionarios.

Pionero en hospitalidad

Además de ser un refugio durante algunos de los años más duros que atravesó el país, el Hotel Geneve marcó la historia de la hospitalidad en México.

Cautivó a sus huéspedes no sólo por su menú, sino también por sus servicios: teléfono y baño completo en cada habitación, tintorería, peluquería y elevador. Cabe resaltar que fue el primer hotel en tener servicio de taxi y agencia de viajes.

A principios del siglo XX, la sociedad veía de muy mal gusto que una señorita saliera sin compañía masculina y los hoteles de alta categoría no permitían que las mujeres se hospedaran solas; sin embargo, el Geneve garantizaba seguridad, hospedaje y atención a aquellas mujeres que viajaban por su cuenta.

El hotel conserva los libros de registro con todos los huéspedes que se han quedado en sus instalaciones, y por supuesto, varios de ellos fueron célebres, como la primera embajadora mujer del mundo, Alexandra Kollontai; el primer ministro británico y premio Nobel de Literatura, Sir Winston Churchill; la mayor promotora de Arte Mexicano, Antonieta Rivas Mercado, y la actriz mexicana Virginia Fábregas.

A estos personajes se le unieron algunos más a partir de la segunda mitad del siglo XX y hasta la fecha, como la Madre Teresa de Calcuta, la modelo Elsa Benítez, la cantante Filippa Giordano y el Premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, los galardonados con el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, así como también a la Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai.

Foto: Facebook Hotel Geneve

Un paseo por su arquitectura

La arquitectura y decoración están inspirados en el clásico estilo europeo. Los muebles de las habitaciones están hechos de madera tallada y evocan la época en la que el hotel fue construido; se presume que la mayoría de los muebles del hotel son los originales.

Los pisos interiores de las estancias son de cuadros blancos combinados con negro, mientras que en los salones y comedores las alfombras son parte de la decoración.

Los sillones, las puertas y las paredes de madera decoradas con cuadros y fotografías remontan de inmediato a la época del Porfiriato.

Se presume que la estructura del hotel es tan resistente que ninguno de los dos terremotos (1986 y 2017) que han, prácticamente, destruido a la Ciudad de México, hicieron estragos en sus cimientos.

Lo que lo hace aún más especial, es que el Hotel Geneve es también un museo. En él se exhiben utensilios de plata que datan de 1850 y que se utilizaban en los inicios del hotel: juegos de té y vajillas de porcelana, que cuentan un poco de la memoria de una sociedad de aquella época, además de retratos en miniatura de hombres y mujeres con rostros de la sociedad mexicana del siglo XIX.

Otros tesoros históricos son los teléfonos que se usaron entre los años 1881 y 1984, zapatos de 1910, los timbres postales y ropa de principios del siglo XX, así como el ticket de la cuenta que pagó Don Porfirio Díaz aquel 20 de noviembre de 1910 antes de que estallara la Revolución. (Por cierto, el importe fue de 30 pesos con 25 centavos.)

Una nueva aventura

Como uno de los servicios que ofrece el hotel para reuniones o fiestas temáticas es un viaje al pasado. El personal ofrece cenas o fiestas especiales donde, absolutamente todos, se visten como si estuvieran en 1909. En esas ocasiones, el hotel se engalana con una puesta en escena que incluye vestidos de seda, sombreros y teléfonos creados por Thomas Alba Edison.

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