Transnistria: el país europeo que no aparece en los mapas
Este país no tiene ningún reconocimiento internacional, pero aún así Transnistria puede ser uno de los destinos más alucinantes del mundo.
POR: Iker Jáuregui
Este país no existe oficialmente, no aparece en mapas, no es reconocido más que por otras repúblicas autoproclamadas que tampoco tienen reconocimiento internacional y, sin embargo, vive bajo sus propios términos. Transnistria tiene su bandera, una población estable de medio millón de personas, una moneda, gobierno, un territorio específicamente delimitado y autonomía.
Formalmente nombrada como la República Moldava Pridnestroviana, Transnistria es un territorio exsoviético que oficialmente está reconocido como parte de Moldavia. La pequeña región consiste en una franja a lo largo del río Dniéster, entre dicho país y Ucrania, su vecino al oeste.
Un poco de contexto
Como se podría intuir de una descripción inicial, Transnistria ha tenido una historia bastante agitada, por decir lo menos. Es un territorio que a lo largo del tiempo ha ido pasando por diferentes manos, de imperio en imperio, de estado en estado, germinando la intensa mezcla cultural que hoy en día lo habita: una comunidad formada de raíces rumanas, moldavas, ucranianas y rusas.
Su última gran transformación, la que precisamente lo trajo a esta situación excepcional, se dio tras la disolución de la Unión Soviética. Tanto Moldavia como Transnistria y el resto de los territorios soviéticos se encontraron entonces en una encrucijada de identidad, soberanía y gobierno. Las autoridades moldavas empezaban a definir el rumbo de un país que en realidad no existía y eso incluía condiciones con las que no todos estaban de acuerdo, como hacer del moldavo la lengua oficial –en lugar del ruso que predominaba en Transnistria–, la supresión de cualquier simbología soviética y el inicio de negociaciones para fusionarse con la vecina Rumania.
En la región de Transnistria, de mayoría rusa, ninguna de estas reformas eran vistas con buenos ojos. Por esa razón se acabó gestando un movimiento separatista que derivó en un conflicto armado extendido por más de dos años. La guerra culminó con un alto al fuego pactado y la autoproclamada independencia de Transnistria que, aunque prácticamente tiene nulo reconocimiento internacional, ha servido para dotarla de casi completa autonomía.
Un viaje al pasado soviético
La situación política tan particular de Transnistria ha provocado que sus calles queden congeladas en el tiempo. Los rastros soviéticos son la única referencia que tienen para formar una identidad y eso es notable. La hoz y el martillo prevalecen como escudo nacional, los símbolos marxistas y leninistas abundan en forma de bustos y nombres de las calles de la capital Tiráspol, el estilo brutalista predomina en la arquitectura general.
Además del extraordinario viaje al pasado, Transnistria está lleno de particularidades que lo hacen un lugar único en el mundo, imperdible para los viajeros que buscan destinos raros.
Aunque, como se ha mencionado antes, no es una frontera reconocida internacionalmente, es necesario cruzar una garita de migración y mostrar un pasaporte vigente antes de entrar al territorio. De hecho, Transnistria tiene su propio pasaporte, que justamente sólo es válido para entrar y salir a Moldavia. También su propia divisa, con billetes de héroes soviéticos y unas muy particulares monedas de plástico que vienen en varios colores.
Su autonomía, aceptada un poco a regañadientes y con resignación por parte de Moldavia, incluso ha permitido la formación de una constitución propia, así como un ejército y un gobierno local que funciona de manera independiente.
La actualidad de Transnistria
Desde el fin de la guerra, en 1992, Transnistria ha vivido en una tensa calma. Su estatus indefinido siempre se ha percibido como algo transitorio, sobre todo porque su anexión interesa a grandes fuerzas políticas, principalmente a Rusia.
Tomando en cuenta la afinidad cultural e histórica de la población, siempre se ha hablado de la posibilidad de que Rusia avance hasta Transnistria. De hecho, fuerzas militares rusas son las encargadas de mantener la paz en el territorio y algunos líderes separatistas han hecho llamados públicos para obtener asistencia de Moscú ante cierta afrontas económicas de autoridades moldavas.
Pero, lógicamente, las sospechas de una posible ocupación rusa han aumentado más que nunca desde que empezara la invasión militar en la vecina Ucrania.
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