Londres

La pequeña Corea londinense

Con una población de aproximadamente 20,000 coreanos, pasear por New Malden es como transportarse al país asiático en pleno centro de Londres.

POR: Redacción Travesías

Llevo ya siete años viviendo en esta ciudad y mi percepción (subjetiva, sujeta a lo que veo y, sobre todo, a lo que no veo y no conozco) es que, a diferencia de NYC, otra ciudad donde viví durante una década, en Londres los barrios no están definidos por comunidades de una sola procedencia. El Chinatown de Londres, en Soho, es una colección de negocios, restaurantes y alguno que otro centro social chino, pero en realidad el barrio con una mayor concentración de residentes chinos es Tower Hamlets, donde, por otro lado, los habitantes son en su mayoría de Bangladesh.

Otro ejemplo es mi propio barrio, Deptford, donde tenemos una comunidad vietnamita importante, pero mezclada con muchísima gente procedente de varios países africanos, de las Antillas, del Medio Oriente y del Magreb. Si te paseas por la calle principal de Deptford con hambre, puedes optar por comer un phở, un jerk chicken o una baklava empapada en jarabe de miel.

Por eso me dio curiosidad New Malden, la pequeña Corea londinense, un barrio situado al suroeste de Londres, a menos de 20 minutos en tren desde la céntrica estación de Waterloo. Lo descubrí leyendo London Feeds Itself, un libro fantástico que recomiendo a quienes quieran conocer un poco mejor esta ciudad introvertida, nada fácil de descifrar a primera vista.

New Malden sí parece estar definido por una sola comunidad. Allí viven 10,000 coreanos, o 20,000 si cuentas la población de los barrios aledaños. Esta cifra incluye a aproximadamente 600 norcoreanos, una de las comunidades más grandes de refugiados de dicho país fuera de Corea del Sur. Se empezó a perfilar como el núcleo de la comunidad coreana a partir de la década de los cincuenta, cuando un chaebol (conglomerado de empresarios coreanos) se asoció con la compañía inglesa Decca Radar-Racal Electronics, lo que atrajo la primera oleada de inmigrantes. Una década después, la embajada de Corea del Sur se ubicó aquí y, en los ochenta, Samsung abrió su sede oficial en el Reino Unido. Si esto explica en parte la concentración de coreanos en New Malden, el resto se podría atribuir al boca en boca.

Los surcoreanos que vienen a Londres a estudiar, trabajar y establecerse desde hace ya más de 50 años encuentran en esta zona todo lo que necesitan para sentirse como en casa, incluyendo guarderías para los niños donde los cuidadores hablan coreano, o iglesias con misas en su lengua. Los refugiados norcoreanos prefieren venir aquí que vivir en Corea del Sur o China. Allí se encuentran con más prejuicios y barreras que en este idílico barrio londinense. Ambas comunidades pueden festejar juntas el Día Internacional del Kimchi, celebrado el 22 de noviembre.

De la estación del tren se sale a un estacionamiento un poco inhóspito en la parte trasera de un edificio alto y gris, brutalmente brutalista. Desde el momento en que bajo del tren, la presencia coreana se hace evidente. El barrio tiene un aire suburbial, con sus filas de casitas unifamiliares, algunas victorianas, otras más modernas, todas con jardines en los que ahora (finales de mayo) florean los rosales. En la cafetería de la estación, que se llama Ohaio, se vende bibimbap en cajitas, y bubble tea.

Repartidos por el barrio hay varios parques, un centro deportivo municipal y una calle principal con su farmacia Boots, el supermercado Marks & Spencer, una sucursal de la cadena de cafeterías Costa y una concentración considerable de tiendas de segunda mano (charity shops). Entre los logos familiares de establecimientos británicos y multinacionales se integra con elegancia el hangul, el alfabeto surcoreano, que anuncia restaurantes, cafés, tiendas de alimentos coreanos, un centro cultural, funerarias y hasta una agencia inmobiliaria (SeOUL State Agents).

Pero cuando salimos de la calle principal y nos dirigimos al restaurante You Me, me empiezo a percatar de que hay muchos restaurantes y tiendas con nombres indios. The Biryani Centre, Chennai Dosa, Vaniyan Foods 4 U… ¿Qué está pasando? Pues nada, que, después de todo, también New Malden es un barrio típico de Londres: los coreanos conviven con una comunidad de tamiles (muchos, al parecer, provenientes de Sri Lanka).

You Me

96 Burlington Road, New Malden, KT3 4NT, Londres

Establecido en 1988, este restaurante tiene el ambiente de una pequeña fonda familiar, con televisor encendido incluido. Unas 10 mesas en el comedor principal, más un área exterior (recientemente techada) y una sala privada, son atendidas por meseras muy cordiales. Todo está extremadamente limpio y ordenado. En las paredes hay camisas de futbol enmarcadas y también trofeos y parafernalia de golf –al parecer, estos dos deportes tienen una gran aceptación en Corea–. A poca distancia de aquí se encuentra Jurassic Encounter, un campo de crazy golf de 18 hoyos rodeados por un jardín, en el que los jugadores se pasean entre (lo has adivinado) dinosaurios, vegetación y una serie de fuentes y cascadas de agua súper verde (genial para familias con algún miembro pasando por una “etapa dino”).

Todo lo que pedimos estuvo delicioso y fue servido en porciones generosas: el jjanjangmyun (con fideos hechos en casa), un panjeon (pancake) de cebollitas y calamar, y un bibimbap memorable. El té de cebada (bori-cha) y los platillos de verduras encurtidas (banchan) vienen a la mesa de cortesía. Nos quedamos con las ganas de probar los platillos de BBQ (todas las mesas tienen su hornillo incorporado al centro), pero siempre hay que dejar algo para la próxima vez.

Imone

169 High St., New Malden, KT3 4BH, Londres

Este restaurante es la estrella de la calle principal y uno de los mejores clasificados del barrio en lugares como TripAdvisor. (El número uno es el Chick and Beers, a media cuadra del high street en una calle perpendicular, con un espectacular pollo frito estilo coreano que, como dice Dunn, “comparte más adn con el hipergloss de una escultura de Jeff Koons que con el pollo del KFC”).

Imone quiere decir “el lugar de la tía”, un nombre que hace honor a la misión de este restaurante de presentar comida coreana estilo casero en Londres, preparada con gran esmero y una sazón adictiva. A la hora de la comida ofrecen set menus, perfectos para los viajeros solitarios, y platillos a la carta todo el día (ojo: cierran de 3:00 a 5:00 p.m., y no abren los miércoles). Su especialidad es el saengseon jjim, un pescado blanco al vapor en una salsa picante y dulce, servido con montones de verduritas y un delicioso arroz al lado.

Cake and Bingsoo

39 High St., New Malden , KT3 4BY, Londres

Ojalá no hayas pedido postre en el restaurante. Deja un hueco para un helado coreano (bingsoo) y un café delicioso en Cake and Bingsoo. Toma una mesa en la cafetería para absorber el ambiente y deleitarte la vista con los maravillosos pasteles, galletas, helados y bebidas que sirven aquí. En la parte de arriba tienes un Life4cuts, The Premium K-Photo Studio, una de esas cabinas de selfis que están causando furor en Corea y se empiezan a expandir por todo el mundo.

Atracciones cercanas: Richmond Park, palacio de Hampton Court, Wimbledon

New Malden colinda con Wimbledon al este y el gran parque de Richmond al norte. Es un buen lugar para incluir en la exploración de esa parte de la ciudad, con atracciones como el palacio de Hampton Court, construido por el rey Enrique VIII y reconstruido por subsecuentes monarcas a lo largo de los siglos. A principios de julio se celebra en sus jardines un festival de jardinería muy impresionante (el RHS Hampton Court Palace Garden Festival).

Al norte de New Malden se encuentra Richmond Park. Con sus más de mil hectáreas, es el parque real más grande de la ciudad, con áreas silvestres, colinas, estanques, riachuelos y jardines formales. Aquí vive una gran manada de ciervos (¡más de 600!). No te pierdas Isabella Plantation, famosa por una colección de azaleas que florean entre finales de abril y principios de mayo. Si te gusta el tenis, puedes visitar el museo de Wimbledon y hacer el tour por las legendarias instalaciones. De cualquier manera, y en mi opinión, sólo por la comida coreana ya merece la pena el viaje.

 
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