Resulta difícil imaginar un lugar que reúna hechos históricos, comida fresca y deliciosa, paisajes inolvidables y un ambiente perfecto para parejas o solo travelers, pero lo cierto es que la Costa Amalfitana ofrece todo eso y más. Por algo es uno de los destinos favoritos de los europeos millennials.
La costa Amalfitana en Italia recibió el título de Patrimonio de la Humanidad en 1997 y no es para menos, este lugar conserva jardines, viñedos y pueblos con casas históricas sobre acantilados que tienen una vista privilegiada al océano.
¿Cómo llegar
Las opciones dependen de tus gustos y disponibilidad de tiempo. Puedes hacerlo en tren, ferry, barco, o auto. Los trenes salen desde la costa de Salerno de la red ferroviaria de Italia; aquí hay trenes de alta velocidad que te llevan en 10 minutos a la primera ciudad de la Costa Amalfitana: Vietri sul Mare.
Las rutas de ferries son bastante variadas, algunas agencias recorren todas las ciudades principales y más turísticas de Amalfi, mientras que otras, como Alilauro, salen desde Nápoles y se centran en los pueblos más visitados, como Positano.
Para una experiencia más exclusiva y personalizada la recomendación es rentar un bote privado con Lucibello; sin embargo, en cada ciudad de Italia podrías encontrar otros servicios privados de barco.
Un paraíso cálido, pero lluvioso
Las temperaturas de Amalfi son, quizá, su principal atractivo. A diferencia de otras partes del país y de otras ciudades de Europa, aquí el clima es cálido durante casi todo el año, y oscilan entre los 27ºC y los 31ºC.
Durante el verano, especialmente entre julio y agosto, el calor intenso, bochornoso, seco y despejado. A diferencia del invierno, entre enero y febrero, cuando las temperaturas son bajas, los vientos son fuertes y húmedos. La época de lluvia comienza en octubre y termina en enero.
¿Dónde dormir?
Para dormir en uno de los barrios más populares, pero lejos del bullicio de los turistas, está el Hotel Poseidón.
Esta propiedad familiar que data de 1950 y está situada en las alturas de un acantilado, en la cima de Positano. Tiene amplias habitaciones con balcones que ofrecen vistas panorámicas al mar y la ciudad, además de un diseño de interior vintage.
Para quienes desean un toque más moderno, pero sin perder el encanto italiano tradicional, la recomendación es Le Sirenuse Positano, un hotel con amplias vistas al mar. Los azulejos en fachada y techos son su sello, pero también los limoneros que se encuentran en el rededor de cada pasillo del hotel.
Saliendo de Positano, también es recomendable dormir en Ravelló. El Hotel Villa Cimbrone abre sus puertas a los viajeros que deseen disfrutar de un momento exclusivo, discreto y elegante. El edificio data del siglo XII y está situado en un acantilado, rodeado de jardínes, techos abovedados y chimeneas de piedra. Cuenta con servicio privado de helicóptero y barco.
Los meses más concurridos y ocupados en la Costa de Amalfi son los de verano, principalmente julio y agosto; si planeas visitar la ciudad durante esa temporada es importante que reserves tu hospedaje, como mínimo, a principios de la primavera.
Paradas obligadas
Uno de los imperdibles de Amalfi es el Camino de los Dioses, una ruta de senderismo que se recorre en unas cinco horas, recorriendo acantilados y la montaña que rodea la costa. Comienza en el oeste de Amalfi, en Bomerano, y termina en Nocelle, sobre Positano.
Positano es esa región de Amalfi donde todo el mundo va; las casas de colores, los hoteles y la comida son su mayor atractivo; sin embargo, en 2018 el Museo Arqueológico Romano (MAR) abrió sus puertas bajo el campanario de la ciudad. Aquí la protagonista del museo es la Villa Romana. A través de las excavaciones se han encontrado ahí vajillas completas de metal que se utilizaban en la antigüedad para servir y comer alimentos.
En el museo también se exhiben vasijas de bronce con líneas marcadas que remontan a los hallazgos de Pompeya.
Para comer como un verdadero italiano debes cocinar como uno, por suerte, el Hotel Buca di Bacco abre talleres de cocina a aquellos interesados en aprender sobre las técnicas y la gastronomía de la región.
La opción para los paladares más exigentes es comer en el restaurante Il Flauto di Pan del Hotel Villa Cimbrone, incluido en la Guía Michelin en 2020. Los platillos son obra del chef Lorenzo Montoro, los ingredientes encarnan los sabores de la Costa de Amalfi e incluso algunos son cosechados en la villa del hotel.
Este sitio también cuenta con una Sala de Vinos Tintos donde los huéspedes son guiados a un camino de descubrimiento de sabores por el sommelier.
El centro histórico de Ravelló es, definitivamente, una parada más que obligada. Los jardines históricos que pertenecen a un complejo palaciego que data del siglo XI se roban el corazón de cualquiera, pero para conocer a fondo el estilo italiano y la arquitectura regional del siglo XIII está Villa Rufolo. Allí es donde los conciertos al aire libre durante el verano se llevan a cabo.
El viaje a la Costa Amalfitana no puede terminar sin un helado o un cóctel en Piazza Vescovado, situado exactamente bajo la sombra de la Catedral.
