Cruzamos la puerta giratoria del Museo Chicote y de inmediato comenzamos un viaje en el tiempo. Este impactante bar inauguró en 1931, convirtiéndose en el mejor lugar de cocteles en Madrid.
Almodóvar lo puso en la mira, utilizándolo como locación para una escena de Los abrazos rotos, aunque en realidad, desde hace décadas ya era la barra preferida de Ava Gardner, Grace Kelly, Bette Davis y Frank Sinatra.
El interior es de un estilo art decó, pero lo que más quedó en mi recuerdo es esa luz neón en tono rosa que iluminó la velada.
Nos sentamos al centro del área de sillones, junto a la pista, donde decenas de clientes se movían al ritmo de la música electrónica que amenizaba. Hay noches de DJs, pero también de bohemias. Esta vez nos tocó ver a personajes que vestían diminutas prendas de cuero y lucían peinados extravagantes con cabello de colores, muy al estilo ciberpunk. Nos sentíamos en otro filme de Almodóvar.
De los cocteles, me fui por un Old Fashioned (bourbon, terrón de azúcar y un bitter especial), según la carta, mi bebida estaba inspirada en el Waldorf Astoria de los años 30.
En las mesas de al lado pidieron un mojito tropical, con mango manila, y después investigué que los hacen con violetas de Madrid y con guayaba y yuzu (un cítrico japonés). También hay un coctel elaborado con frutos secos, en honor a Alaska, la famosa vocalista del grupo ochentero Dinarama (la receta es secreta). Para acompañar, ordenamos las croquetas de jamón ibérico y tortilla española.
Y así pasamos la noche, entre tragos y charlas, en uno de los lugares míticos de la vida nocturna en Madrid. Espacio de culto al que todo turista debe acudir.
***
También te puede interesar:
Madrid centenario
Dos cielos en Madrid
El matadero de Madrid
