Edición 225

JUNIO 2022

María Pellicer y Luza Alvarado hicieron dos viajes para esta edición, los cuales estoy segura de que estuvieron llenos de esas “fotos mentales”. María viajó al salar de Uyuni, en Bolivia, y desde el inicio de su texto nos advierte: “No hay palabras que alcancen para describirlo”. Sin embargo, contra su propio pronóstico, logró transmitir la emoción de estar frente a ese paisaje, y por supuesto las fotos son de gran ayuda para ello. Luza viajó a bordo de un tren de las Rocallosas de Colorado a las Red Rocks en Utah, para presenciar cómo el paisaje cambiaba de color mientras el Rocky Mountaineer avanzaba. Los colores van cambiando conforme avanza la historia y al final, después del desfile de tonos, dan ganas de comprar un boleto para este tren y subirsea él de inmediato.Ambos viajes son complejos. Implican horas de traslado, para simplemente llegar al destino y no hacer nada más que admirar el paisaje. Pero valen mucho la pena. Y resulta irónico decir que “no existen palabras para describirlos”, porquefinalmente estas páginas están llenas de ellas. Pero acá, más que palabras estamos compartiendo imágenes, momentos y sensaciones, con la impresión de estar frente a algo que parece de otro mundo, que te rebasa en muchos sentidos y nos recuerda lo increíble que es el planeta en el que nos tocó vivir