Después de cinco años de espera, uno de los lugares más emblemáticos de México vuelve a estar al alcance del público: la pirámide de la Luna en Teotihuacán ha reabierto parcialmente al público, atrayendo a miles de turistas nacionales e internacionales que no quisieron perderse el esperado momento.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció que a partir del 19 de mayo se permite nuevamente el ascenso a la primera parte de esta estructura, una medida que permite disfrutar de la majestuosidad del lugar sin comprometer la conservación de sus antiguas y valiosas estructuras prehispánicas.
Durante el periodo de cierre, la pirámide de la Luna fue objeto de importantes adecuaciones orientadas a garantizar tanto la seguridad de los visitantes como la preservación del patrimonio. Se instalaron cables pasamanos para facilitar el ascenso, se repararon baches y hoyos en las plataformas y se llevaron a cabo labores de limpieza y deshierbe para mantener en óptimas condiciones el entorno arqueológico.
La reapertura ha sido celebrada por turistas que, con emoción, regresan a uno de los puntos más magnéticos de Teotihuacan. Para los comerciantes locales, la noticia también ha significado un respiro económico, ya que la mayor cantidad de visitantes se traduce en una derrama que beneficia a toda la comunidad.
Ubicada al final de la calzada de los muertos, la pirámide de la Luna es la segunda estructura más grande del complejo arqueológico, y ha sido, por siglos, símbolo de poder, ritual y misterio. Su reapertura representa no solo el regreso de un atractivo turístico clave, sino también la posibilidad de reconectar con nuestras raíces y nuestra historia.
