Piezas mexicanas que están exhibidas en museos alrededor del mundo
El penacho de Moctezuma es uno de los más conocidos tesoros que se encuentran en otra parte del mundo.
POR: Paulina Espinosa
El arte mexicano tiene algo que combina lo ancestral con lo contemporáneo, lo espiritual con lo terrenal. Quizá por eso llaman la atención y muchas piezas mexicanas hoy están exhibidas en museos y colecciones privadas fuera del país. Algunas salieron como regalos diplomáticos, otras fueron llevadas en tiempos coloniales y otras terminaron en vitrinas extranjeras de formas poco claras. Lo cierto es que todas siguen hablando de México, aunque lo hagan desde muy lejos.
Pero, ¿cuáles son y dónde puedes verlas? A continuación, algunas de las más populares.
Serpiente de dos cabezas
En el British Museum, en Londres, vive una escultura mexica: la serpiente de dos cabezas. Está hecha en madera de cedro, cubierta con mosaicos de turquesa y concha. Su diseño habla de la dualidad, de lo visible y lo invisible, de la fuerza del agua y del cielo. Llegó a Inglaterra en el siglo XIX y desde entonces se ha convertido en una de las piezas más admiradas de la colección mesoamericana.
El penacho de Moctezuma
Entre todas las piezas que viven fuera, quizá la más famosa sea el penacho de Moctezuma. Está hecho con plumas de quetzal, oro y piedras preciosas, un trabajo artesanal que difícilmente podría repetirse hoy. Se dice que Moctezuma se lo regaló a Hernán Cortés al inicio de la conquista, aunque los historiadores todavía debaten su verdadero recorrido.
Desde hace décadas, la pieza vive en el Museo Etnológico de Viena. México ha intentado que regrese pero Austria asegura que es demasiado frágil para transportarse.
Códices
Los códices son piezas que encierran calendarios, rituales, festividades y hasta la cosmovisión de los pueblos originarios. El códice Borbónico, por ejemplo, está en la biblioteca de la asamblea nacional de Francia. Hecho en papel amate, muestra con lujo de detalle el calendario mexica, las fiestas religiosas y el ciclo agrícola.
Junto a él, otros como el Códice Dresde, el Mendoza y el Florentino, son piezas clave para entender cómo se organizaba la vida antes de la llegada de los españoles.
Máscaras y jades
En el mismo British Museum se guarda una máscara de mosaico que representa a Tezcatlipoca, uno de los dioses más importantes de los mexicas. Está elaborada con turquesa, conchas y hueso.
En Harvard, se guardan placas mayas de jade que alguna vez pertenecieron a la élite de Chichén Itzá. Estas piezas no solo eran adornos, también eran símbolos de poder político y espiritual.
Arte novohispano y moderno
No todo lo que salió pertenece al mundo prehispánico. También el arte novohispano y el moderno tienen presencia en museos extranjeros.
Un ejemplo es la pintura La virgen de Guadalupe con las cuatro apariciones, de Nicolás Enríquez, realizada en 1773. Hoy se exhibe en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Y claro, está Frida Kahlo, la artista mexicana más reconocida internacionalmente. Muchos de sus autorretratos, como Autorretrato con pelo corto, forman parte de colecciones en museos de Estados Unidos y Europa. Lo mismo ocurre con Diego Rivera y Rufino Tamayo, cuyos murales pueden encontrarse en el MoMA de Nueva York o el Art Institute de Chicago.
¿Por qué están allá y no aquí?
La respuesta es compleja. Algunas piezas salieron como regalos en tiempos coloniales. Otras se vendieron en colecciones privadas en los siglos XIX y XX, cuando todavía no existían leyes tan estrictas de protección al patrimonio. Hubo también intercambios diplomáticos y, en algunos casos, saqueos disfrazados de “rescates arqueológicos”.
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