Fue hace un par de décadas, en Camboya, cuando Felix Brooks-church se encontró por primera vez con los estragos de la malnutrición y descubrió su misión de vida. Entonces trabajaba como voluntario, mientras reintegraba a niños sin hogar a sus comunidades, y comprendió que la falta de alimentación era un desafío mucho más profundo del que hubiera imaginado, ya que esencialmente era la causa principal de los problemas con los que más adelante crecían los niños. Muchos de ellos se enfermaban seguido, la mayoría tenía sistemas inmunes débiles o coeficientes intelectuales más bajos de lo normal, todo debido a que no contaban con los nutrientes esenciales para su desarrollo.
Se estima que alrededor de 2,000 millones de personas en todo el mundo sufren de alguna deficiencia de nutrientes. Los cálculos del propio Brooks-church aseguran además que aproximadamente 8,000 niños, de cinco años o menores, mueren a diario a causa de la malnutrición. En sus propias palabras, no tiene tanto que ver con la falta de acceso a alimentos como con la calidad de lo que comen. Durante 20 años ha observado que no es que los productos no lleguen a las comunidades con menos recursos, sino que suelen carecer de nutrientes esenciales.

Kenia y Etiopía. Foto: ©Rolex / Peter Ndung’u.
Justo por esta razón, Brooks-church cofundó su emprendimiento social Sanku, un proyecto que lo ha hecho merecedor de un Premio Rolex y con el que encuentra soluciones efectivas para eliminar la malnutrición en algunas de las comunidades más vulnerables del mundo. Consciente de la verdadera fuente del problema y del potencial de cambio que había detrás de su misión, con la capacidad de salvar vidas, fabricó los primeros prototipos de su dosificador: una máquina que podía administrar nutrientes a granos molidos de forma conveniente y controlable.

Sanku ha llegado muy lejos desde aquellos primeros ensayos. Brooks-church convirtió su pequeño experimento, fabricado a duras penas en una tienda de metal en las faldas del Himalaya, en una operación que está transformando la vida de millones de personas en tres países de África oriental: Kenia, Tanzania y, recientemente, Etiopía. La alimentación de las comunidades más desfavorecidas en estos países depende de lo que se produce en los molinos de grano de pequeña escala en cada pueblo. El ingenio detrás del dosificador está en que puede ajustarse a cualquiera de estos molinos e incluso a producciones de mayor tamaño.
Con el apoyo de aliados clave, como la Iniciativa Perpetual Planet de Rolex, desde 2015 Sanku ha mejorado aproximadamente 1,500 molinos locales con la instalación de su tecnología. Se calcula que la expansión beneficiará a más de 25 millones de personas de toda la región, al agregar una mezcla de micronutrientes esenciales, como hierro, B12 y zinc, a la harina durante el proceso de molienda. Esa mezcla se produce en la fábrica que Brooks-church y Sanku han construido en Tanzania, que ya cuenta con la capacidad para enriquecer más de 3,600 millones de platos de comida cada año, además de emplear a la comunidad y aprovechar recursos locales.

Sanku ha creado un círculo virtuoso que va más allá del dosificador en sí. La iniciativa de Brooks-church contempla un innovador modelo de negocio que además permite que todo se realice sin costo extra para el consumidor y que los molineros sigan obteniendo la misma ganancia de su producción. De esta forma se garantiza la disponibilidad y se reduce la dependencia en la cadena de suministro global.
A pesar de los logros que se han alcanzado, la misión de Brooks-church no se detiene ahí. Su objetivo final es que la operación de Sanku alcance directamente a más de 100 millones de personas para 2030. Puede parecer ambicioso, pero por ahora ya cuentan con un cuarto de este hito. Además, seguirán estudiando y mejorando el dosificador, que de por sí ya ha recorrido un largo camino, y, con el apoyo de Rolex, también buscarán seguir expandiéndose por África oriental. De hecho, ya hay planes para construir una fábrica para mezcla en Etiopía.
Brooks-church piensa que una buena nutrición debería ser un derecho básico y asegura que no sólo quiere acabar con la malnutrición en un pueblo o un país, sino que busca ponerle fin en todo
el mundo.

Desde 1976, los Premios Rolex, que ahora forman parte de la Iniciativa Perpetual Planet, han reconocido a quienes transforman vidas y comunidades enteras para construir un mejor planeta para todos. Siguiendo los valores de calidad, ingenio, determinación y el espíritu emprendedor que ha impulsado a la compañía desde sus inicios, en Travesías presentamos esta serie de Guardianes del Planeta, con perfiles de socios y Laureados con Premios Rolex.
Para más información, vista rolex.org #PerpetualPlanet