Desde 1976, los Premios Rolex a la Iniciativa forman parte de la Iniciativa Perpetual Planet y han otorgado un reconocimiento a quienes transforman vidas y comunidades enteras para construir un mejor planeta para todos. Siguiendo los valores de calidad, ingenio, determinación y el espíritu emprendedor que ha impulsado a la compañía desde sus inicios, en Travesías presentamos esta serie de Guardianes del Planeta, con perfiles de socios y laureados con Premios Rolex a la Iniciativa.
Aunque sus fotografías le han dado una extensa lista de premios y han sido exhibidas en las mejores galerías del mundo, Cristina Mittermeier no se define a sí misma sólo como fotógrafa de naturaleza. “Nunca me he considerado una documentalista –me dice en una llamada desde Columbia Británica, en Canadá–. Más bien, me considero artista y siempre me ha gustado hacer cosas que, primero que nada, sean bellas”.
La mexicana lleva más de tres décadas fotografiando ecosistemas recónditos y las especies que viven en sus profundidades. Su trabajo le ha valido ser reconocida como una de las 100 personas latinas más comprometidas con la acción climática. Aunque por sí solas las fotografías no necesariamente contribuyen a la conservación del medio ambiente, Mittermeier ha encontrado que el encuadre correcto, una imagen que sorprenda a quien la ve, puede provocar el principio de un gran cambio.

“Cuando te acercas a alguien con una buena fotografía, empieza la curiosidad –asegura–, es el primer paso en un diálogo”. Con su trabajo, la también bióloga ha podido sentarse con líderes mundiales, asistir a importantes encuentros, como el Foro Económico Mundial de Davos, y trabajar con grandes aliados, como Rolex, con el que renovó su asociación a finales de 2022.
Mittermeier colabora con la Iniciativa Perpetual Planet para extender el alcance de sus fotografías, crear una comunidad defensora del medio ambiente y lograr ambiciosos objetivos de conservación, como la prohibición de la pesca industrial y la creación de reservas naturales protegidas. “Lo más importante de mi colaboración con Rolex es que usa sus fuerzas para darle difusión a mi trabajo y me abre foros para seguir impulsando mi misión”.

A lo largo de su carrera, Mittermeier ha fotografiado en más de 130 países y conocido las comunidades que habitan los ecosistemas naturales más profundos del planeta. En la llamada me dice que sus viajes le han enseñado a escuchar y aprender de estas personas que, ella asegura, son los guardianes más tenaces del medio ambiente. “Descubrí una red de valores compartidos entre las comunidades indígenas y la forma en que se relacionan con sus recursos, la tierra, las fuerzas ancestrales y los demás –puntualiza–. Es necesario regresar a esos valores”. De hecho, cuando habló en Davos ante los jefes de Estado más importantes del mundo, les aconsejó agregar dos asientos clave en sus consejos: un científico especializado en naturaleza y una persona indígena que pueda guiarlos en estos valores.
En realidad, la fotografía de Cristina Mittermeier es pionera en su género, porque precisamente integra a las comunidades locales como los protagonistas que en verdad son. Las profundidades del mar, el nado de las ballenas y la magnitud de los icebergs se mezclan con los rostros de quienes conviven con toda esa naturaleza. “La conservación no puede hacerse sin la gente que vive en las localidades”, me explica.

Ella piensa que “ha encontrado un nicho” diferente de lo que otros están haciendo con la fotografía de naturaleza. Su propuesta va más allá de simplemente lograr una buena foto, ya que crea toda una narrativa visual en concordancia con su propia visión de la conservación. “Como fotógrafo puedes elegir retratar el desastre –me dice– o enfocarte en una versión del futuro que quieres vivir y recordar que esas especies aún están aquí, todavía comparten el planeta con nosotros y estamos a tiempo de hacer algo”.
La gran diferencia entre ambas posturas, me explica, es que una paraliza y la otra motiva. “Quiero hacer arte que inspire a la acción –concluye Mittermeier–. Espero que la fotografía nos ayude a recordar que la Tierra es nuestro único hogar y que vale la pena luchar para protegerlo”.