Mercedes-Benz presenta la Clase G más mexicana

Uno de los mejores todoterreno del fabricante alemán se transformó en un alebrije sobre ruedas.

09 Nov 2020

Aproximadamente seis horas y 460 kilómetros separan la Ciudad de México de Oaxaca, pero a bordo de una GLA 200 Progressive, el camino se siente más corto. Tocamos base en el hotel Escondido Oaxaca y después en el restaurante Criollo, donde un menú a cargo del chef Luis Arellano fue el maridaje perfecto para conocer la Clase G más mexicana, una pieza maestra que enaltece al país frente al mundo. Se trata de la intervención de uno de los mejores todoterreno de Mercedes-Benz, por parte del taller Jacobo y María Ángeles, un referente en la elaboración de alebrijes en San Martín Tilcajete.

Esta obra de arte —que tomó tres años en conceptualizarse— involucró el trabajo simultáneo de ocho personas durante 72 días, quienes pintaron la Clase G a mano para posteriormente protegerla con barniz automotriz. El diseño incluye tonos amarillos, turquesas, anaranjados y rojos, además de un cuadriculado en el techo con la bandera de los pueblos originarios de toda Latinoamérica y la representación de tres animales sagrados, águila, serpiente y jaguar, mediante iconografía zapoteca.

Durante el desarrollo del proyecto se presentaron varios retos, entre ellos definir la paleta de colores, adaptarse a la dimensión y forma del vehículo (incluso tuvieron que construir un andamio para poder pintar el techo), y conseguir que la pintura tuviera la textura y el acabado exactos.

Esta Clase G representa la fusión de las culturas alemana y mexicana por medio de la excelencia. Un símbolo de que las cosas en México se hacen con pasión y creatividad, y de la ardua labor que involucra darle vida y alma a una pieza. La Clase G más mexicana comenzará su recorrido por México y, a finales del próximo año, viajará a Alemania.

Durante la escapada a Oaxaca, también tuvimos la oportunidad de conocer más sobre Palo que Habla, un proyecto que busca preservar el árbol sagrado de copal por medio de una serie de estudios sobre su reproducción y plantación. La iniciativa, impulsada por el taller Jacobo y María Ángeles, tiene muchas metas por cumplir para convertirse en un espacio de permacultura sostenible. Hay planes para crear espacios para polinizadores, jardines de microclimas, cultivos de horticultura, una xiloteca, herbarios e incluso una ruta ecoturística en el poblado de San Martín Tilcajete.

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