Justo a las afueras de Dubái, donde el panorama deja de ser el de una moderna metrópolis para ceder a dunas y silencio, la inmensidad del desierto se interrumpe brevemente por una tira de asfalto. Es la ciclopista de Al Qudra, escapada predilecta entre los residentes de Dubái por su recorrido ininterrumpido de 86 kilómetros que lo convierten en uno de los caminos para bicicleta más largos del mundo.
La mayoría de las calles en Dubái no están diseñadas con ciclistas en mente: es decir, hay que salir de la ciudad, aproximadamente 35 minutos en carretera desde el centro, para encontrar este oasis libre de autos. Sin muchas subidas en la ruta, la ciclopista puede ser recorrida incluso por principiantes, pero, de cualquier forma, está dividida en varios tramos, dependiendo de las distancias y sus dificultades.
Quizá el mayor reto de la ciclopista de Al Qudra sea enfrentarse al azotador clima en Dubái. Durante el verano, por ejemplo, la región puede llegar a tener temperaturas medias de hasta 42 grados y quizá no sea muy recomendable para practicar deportes al aire libre. Sin embargo, el desafío vale la pena por los paisajes que encontrarás por el camino y, sobre todo, por la vida salvaje que se te puede atravesar.
En Al Qudra es común encontrarse con antílopes, gatos del desierto, camellos o, si tienes suficiente suerte, incluso con uno de los extraños óryx árabes. Como la ciclopista recorre libremente el desierto, todos estos animales aparecerán en su hábitat natural, como una especie de safari en bicicleta que vuelve el paseo por Al Qudra una experiencia imperdible.
La mejor forma de llegar desde la ciudad es en taxi y lo más recomendable es hacerlo durante las primeras horas del día. No solo porque el calor y el sol ceden un poco cuando aún es temprano, sino también porque, si llegas a buena hora, podrás ver el amanecer mientras pedaleas, otro espectáculo en medio del desierto.
