La imagen parecería inconfundible. Ahí están las fuentes de los jardines de Luxemburgo, los edificios haussmanianos, la larga avenida que termina en el Arco del Triunfo y, desde luego, también la imponente Torre Eiffel. Pero, esto no es París. De hecho, casi 10,000 kilómetros nos separan de la Ciudad Luz. Ni siquiera estamos en Europa. Tampoco en occidente. Se trata de Tianducheng, una ciudad al sur de China, muy cerca de Hong Kong.
Pero, la confusión entre ambas ciudades es entendible, incluso normal. Porque, después de todo, Tianducheng fue construida para convertirse en el París de oriente, replicando con exactitud sus rasgos más distinguibles.
Una ciudad joven
No hay que dejarse engañar por la estética de principios del XX, la historia de este extraño experimento urbano no se remonta mucho tiempo atrás. De hecho, es una ciudad prácticamente nueva.
La construcción de Tianducheng empezó apenas en 2007, como parte de un esfuerzo por crear nuevas y atractivas opciones para que los residentes de las ciudades más densamente pobladas de China se mudaran hacia los suburbios. Y es que, ¿quién no querría vivir en París?
Los primeros residentes llegaron al complejo en 2013. Entonces, apenas 2,000 personas llamaban a Tianducheng su hogar y en realidad empezaba a verse más como un parque temático para turistas que como una ciudad habitable y funcional.
Sin embargo, con el tiempo más personas han empezado a considerarla una opción para vivir, llegando a acoger hasta 30,000 residentes, de acuerdo con el último censo del que se tiene registro, en 2017.
Adiós al síndrome de París
Hay muchos viajeros que se llevan una gran decepción cuando conocen París por primera vez. La literatura, el cine y la televisión son, en su mayor parte, los culpables. A través de ellos hemos viajado decenas de veces hasta la Ciudad Luz. Nos hemos enamorado con las mismas imágenes. Ya creemos saber cómo se verán sus calles. Pero, cuando llegamos resulta ser muy diferente. A esto se le conoce como síndrome de París.
El imaginario colectivo ha formado una versión ideal de la ciudad, omitiendo sus partes menos atractivas, pero, al final de cuentas, reales. Esto, desde luego, provoca un golpe de realidad para los viajeros que esperaban una París perfecta y, en su lugar, regresan a casa con un mal sabor de boca. Sin embargo, en Tianducheng no tiene que ser así.
Cuando China se propuso reconstruir una réplica de París, no pensó en nada más que en lo bueno. Aquello que la convirtió en la ciudad más icónica del mundo. Tiene sus edificios más famosos. Incluso una pequeña versión del Sena. También sus avenidas más importantes. De hecho, Champs Elyse está aquí y justamente lleva a su propio Arco del Triunfo.
Claro que no son las originales, pero la atención a los detalles en esta ambiciosa copia de París puede hacer muy difícil distinguir una ciudad de la otra. Justo en el centro de Tianducheng se levanta su joya: la segunda réplica más grande de la Torre Eiffel, con 107 metros es apenas más pequeña que la que tienen en Las Vegas.
Otras ciudades como Tianducheng
A pesar de lo extraño e increíble que suena todo en torno a Tianducheng, en realidad no es un caso aislado en China. De hecho, ni siquiera es el primer simulacro de ciudad occidental que se construye en el país.
La idea empezó en los suburbios de Shanghái, en el año 2001, como una iniciativa del gobierno de la ciudad para reducir la densidad de población. Nueve pequeñas ciudades en las afueras fueron transformadas para convertirse en modelos muy precisos de ciudades occidentales.
De forma que a pocos minutos de Shanghái puedes encontrar una ciudad típicamente española, otra alemana, una canadiense y otra italiana. Sin embargo, estos proyectos tampoco han tenido mucho éxito entre su público objetivo y muchos parecen auténticas ciudades fantasma, debido a la falta de residentes permanentes.