El esquí tiene que ser mucho más que sólo esquí. Hay que frenar, de vez en cuando, para admirar el paisaje nevado y nada le viene mejor al cuerpo que un break para tomar algo caliente en pleno invierno. Y es que no hay lugar como la montaña para encontrar descanso y relajación. Breckenridge, por suerte, es un poco de todo eso, combinado con pistas de clase mundial y lo necesario para entrarle de lleno a los deportes invernales.
Como ya se podrán imaginar, hablamos de uno de los resorts de esquí más populares de Estados Unidos. Más que una sola montaña, Breckenridge es una cordillera de cinco picos y 1,200 hectáreas de terreno para esquiar. Sí, es grande, pero no es sólo el tamaño lo que la ha convertido en uno de los sitios favoritos para practicar el esquí.
Esquí de altura… y a solas
Las instalaciones y los servicios brindan una experiencia accesible para cualquier nivel. A pesar de lo abrumador que podría parecer, es fácil moverse entre picos y pistas con conectividad, señalizaciones y 35 lifts, incluyendo el más alto de toda la región. Hay casi 200 pistas para esquiar, que van desde grados de dificultad verdes hasta doble negro, y todas las temporadas recibe un promedio de 901 centímetros de nieve.
Justamente se espera que Breck, como se le conoce entre los locales y asiduos, tenga su temporada más larga este año. Con planes para operar hasta mediados de mayo, es uno de los mejores destinos para el codiciado esquí de primavera, con pistas menos congestionadas y mejor clima.
First Track Friday
De hecho, en Breckenridge tienes la posibilidad de esquiar prácticamente a solas y ser el primero del día en bajar por la montaña, con el powder más fresco que podrías imaginar. El programa First Track Friday se ofrece entre enero y marzo a los huéspedes de las propiedades operadas por Breckenridge, quienes durante las mañanas de los viernes pueden esquiar en algunas pistas antes de que la montaña abra al público. Eso sí, todos los participantes del programa deben ser esquiadores de nivel intermedio o superior.
Más allá de la exclusividad y las facilidades, los picos de Break también son un auténtico reto. El punto más alto alcanza casi 4,000 metros, desde donde empieza la legendaria Lake Chutes, una de las rutas más difíciles y extremas entre los cinco picos. En la altura de las montañas también se forman varios bowls, algunos perfectos para quienes quieren tener sus primeras aventuras y otros más exigentes para los esquiadores experimentados. Por si fuera poco, en Breckenridge también se encuentran algunos de los terrenos alpinos más accesibles en Estados Unidos.
¿Alguien dijo après-ski?
Nos encanta el esquí, pero la verdad es que una de las partes que más nos emocionan de un viaje a la nieve siempre será todo lo que espera al bajar de la montaña. Los restaurantes y los tragos, las noches frente al fuego, las encantadoras villas, el descanso y la desconexión en medio de la naturaleza. Breckenridge también es famoso por su après-ski, por toda la oferta de entretenimiento, gastronomía y lujo que hay más allá de las pistas.
El centro de Breck y sus calles principales, donde se encuentran los mejores restaurantes, tiendas y bares, está tan conectado con las montañas que incluso se puede llegar esquiando. No es necesario tomar otro transporte, ni siquiera caminar. En cuanto estés listo para terminar con la jornada en las pistas, basta con deslizarse una última vez y estarás en el lugar indicado.
Durante la fiebre del oro en el siglo XIX, Breckenridge sirvió como una base para quienes buscaban fortuna con la minería. La ciudad prosperó y, desde entonces, no ha cambiado mucho. El centro del pueblo conserva todo el encanto de la arquitectura victoriana, con coloridos edificios de madera y salones que hoy, sin embargo, acogen modernos spots para seguir disfrutando la ciudad.
Hay más de 200 restaurantes y tiendas para escoger durante un paseo por la tarde o una cena. En el frente gastronómico, las opciones se extienden desde lo más alto de las montañas, como TBar o Sevens, ambos perfectos para un break del esquí. Incluso puedes encontrar sitios de fine dining, como Aurum o Hearthstone.
La cultura también se ha vuelto una parte importante de la esencia local. El Arts District es quizá la parte más inesperada de este destino, donde es fácil encontrar galerías, música en vivo cualquier día de la semana o arte callejero. Además, con el programa Breck Create cualquiera puede sumarse a una variedad de cursos y talleres creativos.
Gravity Haus: una estancia para no perderse de nada
Es lógico que, si pasas unos días aquí, no quieras perderte de nada. Justamente una estancia en Gravity Haus puede ponerte al centro de lo mejor de Breckenridge. No es una exageración, el hotel está ubicado justo entre la base de la montaña y la calle principal del pueblo, lo que facilita el acceso a las dos caras de Breck: los deportes con esquíes y su vida vibrante.
Quizá lo más destacado de una estancia en Gravity Haus es que encuentras todo lo que necesitas para recuperarte de un día en la montaña. Porque, créenos, vas a agradecer el descanso. Sus 60 habitaciones de lujo están especialmente diseñadas para que los aficionados a los outdoors también puedan encontrar la relajación. Además, ofrece diferentes opciones para grupos específicos, que pueden ir desde parejas hasta amigos y familias, incluso en algunas habitaciones se admiten perros.
La experiencia de relajación se completa con una visita al onsen japonés de las instalaciones, donde vale la pena entrar al sauna seco o a las tinas de inmersión para recuperarte físicamente y estar listo para otra intensa jornada de esquí. Dentro del mismo hotel hay un gimnasio con clases de fitness disponibles todos los días y tampoco faltan buenas opciones culinarias como Cabin Juice o Unravel Coffee, la cafetería de especialidad para empezar el día con el pie derecho.