En el corazón del Eje Cafetero colombiano, entre montañas cubiertas de verde y un clima tropical, Manizales ha sido nombrada la mejor ciudad para vivir en Latinoamérica. Hace unos meses, en agosto de 2025, la capital del departamento de Caldas se alzó con el Premio Ciudades para la Vida, entregado por ONU-Hábitat LATAM, un reconocimiento internacional que celebra a las urbes que han logrado transformar sus territorios con proyectos reales y sostenibles que impulsan la calidad de vida de sus habitantes.
Manizales: de fantasía tropical a utopía urbana
Para muchos, Manizales era la típica postal de las montañas colombianas: paisajes encantadores, aroma a café y vida tranquila. Hoy, esas bondades se combinan con un modelo urbano que ha demostrado que es posible crecer sin perder el pulso humano. El premio, entregado en Guadalajara, México, destaca a la ciudad como referente de planeación urbana sostenible, equidad social, innovación y desarrollo económico, tras evaluarse más de 15,000 ciudades de toda América Latina.

Pero, ¿qué hace tan especial a esta ciudad de alrededor de 460,000 habitantes? El jurado internacional analizó 85 indicadores alineados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU: desde la eficiencia en servicios públicos hasta la participación ciudadana, la equidad territorial y la respuesta ante el cambio climático.
La ciudad fue la única representante colombiana en la etapa final del certamen y, sin embargo, superó a otras nueve finalistas para llevarse el título principal.Tomando estos criterios en consideración, Manizales se alzó por encima de ciudades como Mérida, en México; Florianópolis, en Brasil, o Mendoza, en Argentina. Todas finalistas.
¿Cómo es vivir en la ciudad más habitable de Latinoamérica?
Más allá del reconocimiento de la ONU, la habitabilidad de Maizales es palpable en el día a día de sus residentes. La movilidad es más fluida, hay espacios públicos vibrantes, se promueve la inclusión social y existe un compromiso colectivo por mantener un entorno seguro y acogedor. Las cifras hablan por sí solas: índices altos de satisfacción con la calidad de vida y una gestión urbana que cada vez atrae a más personas.
