¿Qué hacer en Corea del Sur? Conoce estos cafés

Seúl es la inesperada tierra prometida para los amantes del café y el diseño.

08 Dec 2022

En el vecindario de Mangwon en Seúl, a una cuadra de la avenida principal, se encuentra Anthracite, una mansión transformada en un café de especialidad. Al subir los escalones laterales se devela frente a ti un jardín en desnivel, cuidadosamente escenificado con piedras apiladas, redondos arbustos, una lámpara de piedra tradicional y un árbol tan alto como los tres pisos que conforman esta sucursal.

El primer piso te recibe con una elegante barra de madera con vista a este jardín y, sobre todo, una notable falta de ruido. Los baristas y empleados se encuentran en el siguiente piso.

Nudake es conocido por crear postres “escultóricos”. Foto: cortesía.

El menú es pequeño y los granos de la casa tienen nombres de escritores, como William Blake y Pablo Neruda. No hay música, no hay mobiliario innecesario; no hay gritos; no hay una sola mancha o servilleta fuera de lugar –algo que sigilosamente te piden respetar con una notita en coreano que deslizan junto a tu café–. Es el sitio perfecto para trabajar, leer o simplemente estar en paz.

Mangwon no es una zona turística y es raro ver a un occidental en sus calles, por lo que me sorprendió encontrar un espacio con tanta dedicación a mantener su experiencia de compra y concepto en un barrio pocas veces reseñado en redes sociales.

Lo cierto es que en Seúl hay cientos de lugares como Anthracite: grandiosos cafés de especialidad, visualmente apantallantes y que compiten unos con otros por ofrecer la mejor experiencia a partir de la unión de branding, arquitectura y un meticuloso interiorismo.

El trend cafetero

Desde 2010, Corea del Sur ha crecido como una imparable potencia del soft power. Nadie puede discutir cómo es que su música, cine y series se han posicionado en la mente de fanáticos alrededor del mundo, quienes tienen entre sus propósitos anuales visitar el país asiático.

Este entusiasmo por la cultura coreana se extiende también a la comida, con cada vez más personas familiarizándose con el kimchi y el peculiar ritual de asar carne en una parrilla mientras tomas soju. Algo mucho menos obvio es que su efervescente capital es un destino idóneo para los amantes del café y el diseño.

En Scène, una cafetería de especialidad, el diseño se extiende hasta el segundo piso, donde hay una tienda de diseñadores
locales. Foto: cortesía.

El consumo de café en Corea del Sur representa 6% de toda la región Asia-Pacífico y, a pesar de que en la década de los ochenta se popularizó tomar esta bebida gracias a su versión instantánea, no fue sino hasta que la primera sucursal de Starbucks abrió en Seúl en 1999, atrayendo largas filas de jóvenes, que los lugareños se dieron cuenta de esta oportunidad de negocio.

Los residentes de Seúl son voraces en cuanto a la forma en que consumen tendencias; lo que hoy está de moda, en unas cuantas semanas será olvidado y hasta negado, por lo que la presión por probar algo nuevo cada fin de semana se convierte en casi un deber.

Esta cultura del consumo se ha acelerado gracias al turismo pospandemia y el flujo de dinero que éste ha inyectado en los negocios locales.

Cadenas sudcoreanas como Ediya, Megacoffee, Compose Coffee o The Venti ofrecen cantidad y precios accesibles para el consumo diario, pero lo que verdaderamente mueve a los jóvenes capitalinos a hacer filas durante horas es la experiencia de salir de casa, socializar y, sobre todo, pertenecer. Nadie quiere quedarse fuera de la conversación sobre un nuevo postre o bebida, o una nueva sucursal que bien podría ser una instalación artística.

Debido al alto precio de los bienes raíces en Seúl, es común que el momento para vivir fuera de la casa de los padres se postergue, por lo que pasar el tiempo con tus amigos o novia en un café visualmente impresionante es algo muy atractivo.

Aunque hay joyas visuales por toda la ciudad, como Gwehdo Roasters en Yonhui, Coffee Hanyakbang en Euljiro 3 o Eert en Mangwon, la mayor concentración de estos lugares con estéticas impresionantes se encuentra en zonas como Hannam, en Yongsan; Apgujeong, en el distrito de Gangnam, y Seongsu.

Diseño de arte en una taza de café

En Seongsu, el hiper trendy barrio al este de Seúl, convergen lugares como Nudake, repostería y café famoso por crear “nuevas fantasías por medio de postres” con sus pequeñas esculturas comestibles. 

Scène, una cafetería de especialidad con una tienda en el segundo piso, que exhibe una selección increíble de marcas coreanas. 

Foreplan, con interiores que emulan un despacho de arquitectura en los tiempos cuando aún se usaban restiradores, y una de las sucursales más grandes de Onion, una de las cafeterías de concepto más famosas de Seúl. Onion es en parte responsable de que los negocios no se conformaran únicamente con servir una buena taza de café.

Anthracite Coffee está en una mansión del vecindario de Mangwon. Destacan su calidad, su impresionante jardín y el silencio
absoluto que lo rodea. Foto: cortesía.

Quien hace posible estas perfectas amalgamas de diseño, gastronomía, arquitectura y experiencia de compra son los diferentes estudios de diseño y arquitectura, que fungen como directores de arte y han elevado el estándar de cómo se debe ver una cafetería en Seúl, tanto que a Starbucks le ha costado trabajo ser parte de este ecosistema.

Uno de estos despachos es Fabrikr, el estudio fundado por Dongkyu y Seongjo Kim. Este dúo, junto con baristas galardonados como Sa Hong Kim y creativos, ha llevado a Onion a ser el punto de comparación para muchas otras cadenas.

Recientemente extendieron su visión hasta una esquina en el mercado de Gwangjang, uno de los más antiguos de la ciudad, famoso por su comida típica.

Gwehdo Roasters es una joya visual. Con una estética contemporánea y minimalista, cada detalle destaca por su simpleza. Foto: cortesía.

A diferencia de sus más sofisticadas sucursales, el Onion, en Gwangjang tiene su menú escrito a mano en un pedazo de cartón y parece que aún sigue en construcción, con muebles revestidos con cinta adhesiva con el logo del café.

Esto, por supuesto, es parte del concepto y cada uno de esos “desperfectos” está contemplado para mimetizarse con el barrio, hacer un guiño al reciclaje y apelar a la nostalgia de la zona sin dejar de perder la identidad de Onion. Solo ofrece un ítem de comida y está por demás mencionar que las filas para probarlo son enormes.

El favorito de los coreanos

La bebida más vendida, indiscutiblemente, es el americano, tanto frío como caliente –si pones atención, podrás verlo en casi todas las mesas o en las manos de los residentes de Seúl mientras caminas por las calles–.

En segundo lugar está el latte, aunque resulta algo curioso que la leche vegetal sea casi inexistente. Tendrías mucha suerte si encuentras un lugar donde tengan la opción de leche de almendra o la casi imposible leche de avena. Es posible adquirirlas en un supermercado, pero usarlas aumenta el precio y su inclusión en el menú ha sido lenta. Los granos que se ofrecen son tostados en Corea y se importan principalmente de Etiopía, Honduras, Colombia y Guatemala.

Podrías pasar tu viaje intentando probar las mejores mezclas, pero la cantidad de cafeterías de concepto en Seúl es al mismo tiempo extraordinaria y abrumadora.

Es en verdad una tierra prometida para quien le apasiona el café y el diseño; lo único que necesitas es recorrer sus calles y escoger entre la plétora de espacios visualmente deslumbrantes para pedir una deliciosa taza de café.

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