Pese a las dinámicas tan distintas entre sí, ambas disciplinas muestran algo en común: una alta competencia por atraer la atención (y las visitas) de los viajeros.
Tras dos años de pandemia y con el cierre temporal de fronteras, cancelaciones de viajes y visitas con aforo limitado, en el mejor de los casos, en los museos, la industria hotelera está poniendo su foco en el rediseño de los interiores para lograr espacios más “instragrameables”.
El lobby, espacio que durante años estuvo reservado al mero trámite del check-in, es ahora un showroom de lo que el huésped encontrará puertas adentro de su habitación.
La tecnología es otro punto: en las habitaciones, más allá del contactless, la digitalización de los controles de iluminación y de temperatura, y la integración de éstos con el entretenimiento (tele, música, etc.), optimizados por el user experience más dedicado, posibilitan la personalización del espacio, lo que, sumado a las amenidades y los presentes que lo reciben a uno, busca hacer sentir al huésped como si fuera el único en todo el hotel.
En cuanto a los interiores, la apuesta para crear un upgrade en hoteles que habían sido rediseñados entre 2010 y 2019 está en mejorar la iluminación, los acabados y servicios, como la calefacción en los suelos.
No todas las propiedades pueden darse el lujo de cambiar por completo su infraestructura para ser más amigables con el medio ambiente, pero cada una busca el toque sustentable: la mayoría de los viajeros considera este punto como algo esencial a la hora de elegir su estadía.
Para tomar en cuenta
¿El futuro del arte está en el mundo virtual? Luego de dos años de cierres y complicaciones causadas por la pandemia, la mayoría de los museos europeos se encuentran saturados por viajeros ansiosos que pasaron años esperando el momento de volver a sus salas.
El arte digital sigue en crecimiento, pero los viajeros prefieren verlo dentro de un museo instalado en el mundo real.
La competencia por captar la preferencia de los visitantes, sumado al impasse de dos años de cierre, ha creado una de las agendas de muestras más espectaculares de los últimos años: tan sólo en otoño de este año hubo más de 90 muestras que ver en Estados Unidos. Tener en claro tus preferencias es esencial para no caer en el “síndrome de Stendhal”.
Se viene una nueva oleada de aperturas. Según la oficina del contralor Scott Stringer, la industria cultural y de las artes de Nueva York genera 110,000 millones de dólares anuales. Eso explica que tan sólo en Nueva York se inauguren 40 nuevos espacios culturales y museos en 2023; entre los más mencionados están el African Grove Theatre, el L10 Arts and Cultural Center y el Museum of Chinese in America.
Como puede verse en el punto anterior, los nuevos museos se vinculan a comunidades específicas: afroamericana, descendientes de asiáticos, entre otras.
La hipersegmentación que veremos en la hotelería, el transporte y los estilos de viaje también se reflejará durante 2023 en la búsqueda de experiencias estéticas vinculadas a comunidades específicas.
Y, aunque parezca lo contrario, la intención detrás de esto es mostrar la diversidad y así buscar una mirada que vaya más allá de los cánones eurocentristas tradicionales.