Los fines de semana largos son para explorar los alrededores de la ciudad. Por eso hicimos este compilado de cuatro pueblos mágicos poco conocidos que se encuentran a menos de tres horas de Ciudad de México. 

Tonatico, Estado de México

Lugar donde nació el sol, según los nahuas, Tonatico es un pueblo mágico a menos de dos horas de la Ciudad de México lleno de vegetación, aguas termales y monumentos históricos. Cerca del centro del municipio mexiquense se encuentra el balneario, donde las aguas termales son ricas en minerales y emergen de la tierra a una temperatura de 37° C.

Por las calles de Tonatico se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de Tonatico, un centro religioso popular entre los creyentes. Para viajeros que necesitan aventura en su ruta, están las Grutas de la Estrella, situadas en el centro del Cerro de la Estrella. Cuentan con estalactitas y estalagmitas que tienen formas que solamente pueden lograrse con las maravillas de la naturaleza. En temporada de lluvia podrás admirar una cascada que se pierde entre los ríos  Chontalcoatlán y San Jerónimo. En el mercado del pueblo encontrarás todo tipo de antojitos mexicanos, pero no puedes dejar de lado las palanquetas de cacahuate y la tradicional carne de cerdo con huajes, agua de lima y tamales de frijol con mole.

Tonatico pueblo

Zempoala, Hidalgo

Perderte en Zempoala un fin de semana es un viaje en el tiempo. El lugar se caracteriza por mantener la arquitectura del siglo XVI, una época que sigue viva entre sus haciendas, comidas, charros y bebidas. La visita, obliga a admirar la belleza de sus construcciones y aquel acueducto que representa la ingeniería hidráulica de la era novohispana. El Acueducto del Padre Tembleque es el principal atractivo turístico del pueblo, pero no es el único. Hacer un recorrido por sus haciendas para entender la historia del lugar, comer ximbote (penca de maguey cocida al vapor) y admirar los murales del Ex Convento de Todos los Santos es todo lo que necesitas para disfrutar de la aventura. Y lo mejor es que se encuentra a tan solo 1 hora y media del centro de la Ciudad de México.

convento de Zempoala

Tlayacapan, Morelos

La época colonial dejó muchos pueblos en México que merecen la pena. En Morelos se encuentra Tlayacapan, un lugar donde las personas son tan amables que te hacen sentir parte del mismo. Sus calles empedradas te animan a gozar de su arquitectura y, por supuesto, las monjas del lugar encantan a tus papilas gustativas con un buen flan o nieve de rompope hechos por ellas, así mismo, debes comer pipián, tamales de ceniza, de chales, de frijoles blancos y beber un poco de mezcla, pulque o sotol.

En Tlayacapan también está el Museo de Cerería que, en su momento, fue el cuartel de Emiliano Zapata para después convertirse en una fábrica de velas. Aquí puedes encontrar exposiciones temporales y artesanías permanentes. Recorre este pueblo en un fin de semana, se encuentra a tan solo dos horas del centro de CDMX.

Kiosko de Tlayacapan

Huichapan, Hidalgo

A menos de tres horas del centro de Ciudad de México se encuentra este pueblo mágico. 

Es conocido por ser uno de los poblados más importantes en la historia de México, aquí sus hombres y mujeres lucharon heróicamente durante la Independencia y la Revolución Mexicana. En este lugar se conmemoró por primera vez el grito de Independencia del cura Miguel Hidalgo, lo que resultó en una de las celebraciones más importantes del pueblo. 

Huichapan

Los habitantes celebran las Fiestas Patrias durante cuatro días con desfiles, juegos mecánicos, pirotecnia, comida tradicional (barbacoa, pastes, carnitas) y “el carnaval” una bebida preparada con naranja y tequila. Huichapan en náhuatl significa “río de los sauces”, mientras que los toltecas lo nombraron Hueychapan que significa “abundancia de agua”. Este pueblo también se caracteriza por ofrecer a sus visitantes abundantes aguas termales.

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