Verano chilango: cinco recomendaciones en la Ciudad de México para esta temporada

Dónde dormir / Octavia Casa

Entre los hoteles clásicos, las grandes cadenas, las propuestas independientes, las propiedades boutique y las plataformas de renta, la oferta de hospedaje de la Ciudad de México se adapta a todos los gustos, perfiles y presupuestos. Ubicada en la Condesa, Octavia Casa abrió sus puertas a finales del 2020 y ya es un favorito de los entusiastas del diseño.

Foto: cortesía Octavia Casa.

Esta propuesta nace de la marca de ropa Octavia, cuya visión simple, moderna y elegante se plasmó en una casa con dos estudios (Bronce y Lino), una suite estilo departamento (Ocre) y cuatro habitaciones tipo hotel (Roca, Yute, Tierra y Nogal). Mención honorífica al desayuno complementario, ideal para arrancar el día con el combo infalible de café y pan.

Foto: cortesía Octavia Casa.

Dónde comer / Mi Compa Chava + Cariñito Tacos

A la hora de la comida proponemos dos opciones en la Roma: una invita a la sobremesa y la otra es para comer rico y rápido (y de pie). Primero está Mi Compa Chava, proyecto del chef Chava Orozco, quien nació en Guamúchil, Sinaloa, pero creció en el mar de Huatulco.

Foto: Diego Berruecos.

En este restaurante, los mariscos en todas sus formas (tacos, cocteles, tostadas, ceviches…), las cervezas bien frías y las mesas de lámina hacen que uno se sienta en el Pacífico. La sugerencia es comenzar con unas almejas chocolatas y un ceviche al centro; después, pedir el taco de costra de camarón. Para los que no perdonan el postre, el flan de queso con cajeta es bastante cumplidor. Vale la pena reservar.

Foto: Diego Berruecos.

La segunda propuesta es Cariñito Tacos, un local chiquito, pero con mucha personalidad. Aquí los tacos asiáticos de pork belly, las cervezas chiquitas (o el inmortal Boing) y la música tropical le dan vida a la banqueta. También hay una opción vegetariana, el taco de berenjena, que no queda a deber.

Foto: Rigo de la Rocha.

Qué hacer / Ruta cultural por el centro

Visitar el Centro Histórico por primera o enésima vez es igual de estimulante. En esta zona de la ciudad, siempre hay algo nuevo por conocer y los clásicos nunca cansan, mucho menos cuando se trata de una ruta cultural. Hay que arrancar la caminata en el Franz Mayer, donde la exposición ‘El universo de un diseñador. Alexander Girard‘—realizada en colaboración con Herman Miller y Vitra Design Museum— está en sus últimos días (hasta el 15 de agosto).

Foto: cortesía Museo Franz Mayer.

Hay que seguir en Seminario 12, uno de los espacios más memorables del centro, cuya biblioteca es la nueva sede de Aeromoto (y su gran archivo de publicaciones de editoriales independientes). Sólo hay que caminar un par de cuadras para llegar a la siguiente parada. Se trata de Academia 14, una casa colonial del siglo XVII en donde el artista Alan Villavicencio pinta murales al fresco como parte del proyecto Transcapes, organizado por la Galería Karen Huber.

Foto: Diego Berruecos.

Compras / Pingüino

Pingüino cuenta con una selección de artesanías mexicanas (divertidas y raras), y aunque el echar un vistazo a su cuenta de Instagram puede parecer que la cartera está en peligro al visitar su tienda física, aquí uno encuentra algo especial para llevar a casa sin gastar más de 30 pesos. Hasta ahora, sus piezas —elaboradas con todo tipo de materiales y técnicas— son de la Ciudad de México, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Jalisco, Michoacán y Puebla.

Foto: Diego Berruecos.

Los dueños, Santiago y Renata, tienen muy buena plática y conocen la historia detrás de cada pieza en su catálogo, ya sea una máscara del pato Pascual en papel modelado, un cenicero de vidrio, un cocodrilo de madera o una orquesta de conejos de barro. Pingüino es un espacio pequeño, pero con mucho encanto (aunque están por mudarse a un local más grande).

Foto: Diego Berruecos.

Un secreto / Café de Nadie

Hace poco más de un mes abrió sus puertas Café de Nadie, que entra en la categoría de “lugares secretos que están a punto de ser un hit”, así que hay que apurarse a conocerlo. Nombrado en honor al café homónimo que reunía a los intelectuales y artistas de la ciudad en la década de los 20, este proyecto es el resultado de un grupo de melómanos que buscaban un espacio para concentrar su gran colección de viniles. Además de su gran selección musical (muchas veces hay DJ´s invitados), este café de día y bar de tarde/noche ofrece muy buena comida y mejores tragos. De su barra igual sale una copa de vino natural que un mezcal raro o un coctel clásico. También son sede de pop-ups de otros proyectos gastronómicos de la Ciudad de México (como La Vitrine o Tierra Adentro Cocina). Anuncian todos sus eventos vía Instagram, estemos pendientes. No hay reservaciones.

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