Durante años, lo nocturno fue territorio de descanso. Sin embargo, eso es cosa del pasado, pues desde hace un par de años el mundo empezó a dividirse en dos: entre los que duermen y los que descubren el mundo durante la noche. Esta tendencia se llama noctourism o turismo nocturno y consiste, básicamente, en vivir experiencias pensadas para disfrutarlas de noche. No se trata sólo de fiestas o bares, sino de una manera diferente de conectar con la naturaleza, la cultura y la energía de un lugar cuando las multitudes desaparecen y el ambiente es otro.
“El nocturism representa esa búsqueda de experiencias que transforman lo cotidiano en algo profundamente sensorial”, asegura Sofía Suárez, directora de Producto Américas en NUBA. Lo nocturno ya no es ausencia, sino aventura y emoción. Y es precisamente eso lo que define esta tendencia: “Una invitación a descubrir el mundo desde otra frecuencia”.

Este tipo de turismo está creciendo tanto que, según una encuesta de Booking. com realizada en 2024 en 33 países, casi dos tercios de los encuestados (62%) consideraban vacacionar con experiencias nocturnas. Además, Wayfairer Travel, operador de tours de lujo, reportó que las excursiones nocturnas aumentaron 25% en 2024. Fuera de esos datos duros, es un hecho que cada vez son más las experiencias que brindan los destinos para dar a conocer su localidad en la oscuridad de la noche.
Desde safaris en África con sleep-outs bajo las estrellas para cenar mientras haces stargazing hasta excursiones guiadas para observar arcoíris lunares en las cataratas de Iguazú, la noche se ha convertido en una nueva manera de conocer un lugar y estas son algunas de nuestras experiencias favoritas, algunas de las cuales Ioanna Álvarez, travel advisor de NUBA, nos ayudó a seleccionar y con las que nos introdujo a esta nueva forma de viajar.
Arcoíris lunares en las cataratas de Iguazú
Durante las noches de luna llena, entre Argentina y Brasil, las cataratas de Iguazú guardan un secreto: un arcoíris que aparece sólo con la luz de la luna, cuando esta se refleja en la neblina que desprenden las caídas de agua. Los paseos nocturnos se hacen unas cinco noches al mes y permiten ver cómo la bruma y la luna crean un arcoíris plateado sobre el agua.
Auroras boreales y stargaizing
Ver auroras boreales o perderse viendo las estrellas es una de esas experiencias que te recuerdan lo pequeño y mágico que es todo. Desde Islandia y Noruega hasta Canadá o Finlandia, el cielo se pinta con luces verdes y violetas que bailan en la oscuridad. En lugares como el desierto de Atacama, en Chile, o el Parque Nacional del Teide, en España, el cielo nocturno se convierte en el espectáculo perfecto para ver constelaciones y sentir la inmensidad de lo que nos rodea.
Buceo nocturno y bioluminiscencia
Cuando el sol se esconde, el mar cobra vida de una forma diferente. En Cozumel se pueden hacer inmersiones nocturnas en las cuales las linternas revelan morenas, pulpos y tortugas en su hábitat más tranquilo. En la bahía Mosquito (Puerto Rico) y en Holbox, el fenómeno de la bioluminiscencia convierte el mar en un espejo de luz cada vez que mueves la mano. También se puede vivir algo parecido en las Maldivas o Tailandia, donde las aguas se iluminan con tonos de azul neón, lo que se combina con la aparición de mantarrayas con las que puedes nadar y que convierte esto en un momento de conexión profunda con la naturaleza.

Tours nocturnos por la ciudad y su arquitectura
Recorrer una ciudad de noche es verla con otros ojos. Las luces cambian los colores y el ambiente
se vuelve diferente. En París, por ejemplo, los tours nocturnos por el Sena muestran la Torre Eiffel, el Louvre y Notre Dame iluminados mientras se reflejan en el agua. En Roma hay recorridos a pie por el Coliseo y el Foro Romano, donde se proyectan luces que recrean escenas de la antigüedad. En Tokio,
los barrios de Shinjuku o Shibuya se convierten en un espectáculo de neones.
Loy Krathong, Tailandia
Este festival se celebra durante la noche más luminosa del año y reúne a miles de personas que sueltan linternas al cielo y pequeños barcos con velas sobre los ríos. Se hace como un ritual que simboliza dejar ir lo viejo para pedir nuevos deseos. Las calles se llenan de música, templos iluminados, flores y aromas de la comida local.
La danza del dragón de fuego de Tai Hang, Homg Kong
Cada año, durante el Festival de Medio Otoño, cerca de 300 bailarines recorren las calles del barrio de Tai Hang con un dragón de más de 60 metros hecho de paja y varas de incienso encendidas. La tradición nació hace más de un siglo, cuando se realizó esta danza para ahuyentar la mala suerte tras un brote de peste. Hoy, el espectáculo mezcla humo, ritmo y la energía de las miles de personas que se reúnen para ver cómo el dragón luminoso se mueve entre tambores y fuego, iluminando la noche de Hong Kong.

Safaris de noche
En Sudáfrica, Kenia o Tanzania, los tours nocturnos permiten ver animales que durante el día descansan o se esconden: leones, elefantes, hienas y búhos salen a cazar o patrullar su territorio. Guiados por expertos con linternas infrarrojas, los viajeros pueden observar la vida salvaje sin molestarlos mientras el cielo lleno de estrellas crea un fondo perfecto.