Pequeños grandes paraísos de los Andes colombianos

Colombia tiene joyas naturales: sus paisajes pueden cambiar dramáticamente en cuestión de kilómetros y pasar de las montañas andinas a playas paradisíacas.

17 Dec 2021

Bahía de Taganga, en los alrededores de Santa Marta. Cortesía ProColombia.

Regiones: Andes Occidentales / Gran Caribe colombiano / Andes Orientales

Cosecha de café. Cortesía ProColombia.

En el corazón de los Andes Occidentales, en los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, se encuentra la región que los colombianos conocen como el Eje Cafetero. Cuenta la leyenda que un sacerdote jesuita del siglo XIX les entregaba a sus feligreses semillas de café que debían plantar y cuidar a modo de penitencia tras la confesión, lo que fue el principio de la expansión del grano por la zona. Poco a poco, su cultivo y producción se extendieron de tal manera por la región que esta última llegó a ser responsable de más de 30 % de la exportación total de café del país. 

Para los que quieran conocer de primera mano el proceso de producción de uno de los cafés de exportación más premiados de Colombia, el Café San Alberto, una visita a la hacienda del mismo nombre es imperdible. Sus paisajes, el recorrido por los cultivos y los centros de acopio y producción los dejarán inspirados para probar una taza de calidad única.

Café San Alberto, uno de los más reputados del país. Cortesía San Alberto.

Una parada por pueblos cafeteros como Salento, Filandia o Buenavista es un buen inicio para entender esta tierra. En la plaza principal de cada uno es fácil encontrar los tradicionales jeeps, mejor conocidos como “willys”, que transportan tanto a locales como a viajeros hacia las zonas rurales, haciendas cafeteras y demás destinos que se quieran visitar.

Cortesía ProColombia.

Aquí se encuentra uno de los lugares más emblemáticos de Colombia, el Valle de Cocora, donde se puede apreciar la palma de cera, el imponente árbol nacional que puede alcanzar hasta 60 metros de altura. Rodeados de laderas y montañas de bosque húmedo, los senderos de Cocora se pueden recorrer a pie, en bicicleta, a caballo y, por qué no, hasta apreciarlos desde las alturas en parapente.

Esta región, además de ser privilegiada para la observación de aves, también es rica en cascadas y aguas termales perfectas para relajarse, como las de Santa Rosa de Cabal o las cascadas de Río Verde.

Por supuesto, una visita a una hacienda cafetera es un gran plan para descubrir y conocer el fascinante proceso detrás de la bebida colombiana por excelencia.

Vista de los cafetales. Cortesía Bio Habitat Hotel.

Para hospedarse, uno de nuestros lugares favoritos es, sin duda, Bio Habitat Hotel, con sus estructuras de vidrio y guadua mimetizadas con el bosque. Un lugar imperdible que mezcla arquitectura, buena mesa e inmersión en la naturaleza. Para quienes buscan una experiencia en una hacienda tradicional, en versión hotel boutique, Hacienda Bambusa será una opción fantástica.

Bio Habitat Hotel, lujo en medio del bosque. Cortesía Bio Habitat Hotel.

Bahía de Taganga, en los alrededores de Santa Marta. Cortesía ProColombia.

En otra región del país se encuentran las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, que también han sabido cautivar a los viajeros desde siempre, no sólo por su belleza y riqueza natural, sino por su mística y su energía tan particular.

Las playas de Santa Marta, Palomino y el Parque Tayrona, bordeadas de montañas y picos nevados, serán el escape perfecto para los viajeros que buscan descanso, relajación e inspiración. La gastronomía local es el complemento perfecto para los días de sol, mar y palmeras. Unos buenos camarones o un pescado frito, acompañados de arroz con coco y patacones, nunca saben tan bien como enmarcados por este paisaje paradisiaco.

Otra parada por excelencia en la región es Minca, un pueblo que se ha hecho famoso por su biodiversidad y abundancia natural. Aquí vale la pena hacer un tour por la hacienda cafetera La Victoria y conocer su Museo del Café, además de degustar la variedad local que es una de las mejores del país.

Un chapuzón en alguna de las cascadas o los ríos que abundan en los alrededores de la población es la mejor idea para apaciguar la mente y el espíritu. Pozo Azul o las cascadas de Marinka son algunos de los más apreciados.

Las caminatas ecológicas, la bicicleta de montaña o el ascenso a puntos elevados al amanecer para contemplar los picos nevados de la Sierra Nevada hacen parte de la amplia oferta turística de la población.

Para pasar la noche, el mejor lugar es Casa Oropéndola, entre bosques tropicales, cafetales y vistas del océano. Además de recolectar café si así lo desean, los visitantes también tienen la oportunidad de contratar un helicóptero para sobrevolar el sitio arqueológico de Ciudad Perdida.

Ríos de color esmeralda, rápidos, pozos y caídas de agua secretas son la carta de presentación del río La Miel, en el departamento de Caldas. Casi equidistante entre las ciudades de Bogotá y Medellín, en los alrededores de la población de Norcasia, La Miel es un destino para quienes quieran pasar unos días navegando y disfrutando aguas cristalinas, así como aprovechar para hacer tubbing, kayak o body rafting.

Los más aventureros encontrarán también cuevas y grutas para la exploración espeleológica, o harán cabalgatas que terminan en una refrescante cascada escondida entre el paisaje.

Para ponerle el toque de comodidad y lujo a este destino, el hotel El Río, en medio de esta naturaleza conservada, es el lugar idóneo.

Atardecer en Bio Habitat Hotel. Cortesía Bio Habitat Hotel.

Recomendados Travesías

Bio Habitat Hotel

Armenia-Circasia km 3, Armenia, Quindío

biohabitathotel.com

+57 (300) 525 8040

 

Hacienda Bambusa

El Caimo-Calarca km 9, Armenia, Quindío

haciendabambusa.com

+57 (300) 778 8897

 

Casa Oropéndola

Parque Nacional Sierra Nevada de Santa Marta, Aracataca, Magdalena

casaoropendola.com

+57 (321) 815 2524

 

Hotel El Río

Autopista Medellín-Bogotá km 103, entrada a La Danta, Doradal, Antioquia

hotelelrio.com

+57 (310) 835 9889

 

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