En estos tiempos, las bibliotecas públicas son todo menos lugares para encerrarte a leer: son puntos de encuentro. La vieja figura del bibliotecario que dice “shhh” todo el tiempo está por desaparecer.

Con más de 25 años de experiencia en la construcción de espacios funcionales que interactúan con el entorno urbano y las personas, el equipo de arquitectos Schmidt Hammer Lassen sabe que es momento de cambiar nuestra forma de pensar y promover este tipo de instituciones. Por eso cuando ganaron el concurso para construir la Nueva Biblioteca Central de Halifax, en Canadá, dieron con esta idea de espacio que, desde el exterior, permite distinguir cuatro formas rectangulares que se superponen con grandes ventanales y una bellísima entrada de luz natural. El quinto nivel parece volar sobre el resto.

Por dentro, un luminoso y blanco atrio central es atravesado por escaleras y puentes que conectan las áreas, que, claro, van más allá de simples anaqueles empolvados. El área de recepción, por ejemplo, tiene estanterías con los libros más vendidos, una zona de lectura y una terraza que conecta con un auditorio que recibe hasta 300 personas.

El primer piso está diseñado para niños y jóvenes: dispone de espacios amplios de lectura e instalaciones educativas, dos salas de música y una de estudios.

En el segundo y el tercero está alojada la colección principal, un salón donde se imparten clases de alfabetización para adultos y salas de lectura. En el último piso, hay modernos sillones negros iluminados con lámparas circulares voladoras y, gracias a las ventanas de vidrio, la mejor vista hacia la ciudad y el puerto. Arriba, también se ubica una cafetería y una terraza con balcón. Me queda claro por qué más de seis mil personas visitan este lugar a diario y nadie se atreve a decirles “shhh”.

Próxima parada: Ningbo

Schmidt Hammer Lassen actualmente elabora un proyecto de biblioteca central para la ciudad china de Ningbo. El reto aquí es trabajar con la colección más grande de libros históricos y antiguos de la región, por lo que la estructura tendrá que albergar más de dos millones de ejemplares en 30,000 metros cuadrados. Como con el resto de sus proyectos, la idea es convertir este espacio —ubicado dentro de un parque ecológico— en un lugar democrático, en este caso recreando la idea de un mercado abierto.

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