La Ciudad Prohibida es muchas cosas. Es uno de los complejos palaciegos más imponentes de China (y el más grande del mundo), es también un recordatorio constante del poderío que alguna vez tuvieron las dinastías Ming y Qing y es desde 1987 es un imponente Patrimonio de la Humanidad.

Aunque esta milenaria construcción (hogar de exuberantes emperadores) es ahora un lugar turístico, no todo el recinto está abierto al público. Hay zonas que permanecen cerradas para garantizar su conservación o porque dentro de ellas se están llevando a cabo algunos trabajos de restauración.

Un ejemplo de esto es el Jardín Qianlong; un sitio que ha permanecido cerrado por años, y que ahora, como parte de las celebraciones de los 600 años de la construcción, abrirá sus puertas por primera vez al público. Asimismo próximamente se inaugurará un espacio para los visitantes.

Centro de visitantes antes de la restauración. Fuente: World’s Monuments Fund

El nuevo centro para visitantes

Lo que antes era el retiro privado del cuarto emperador de la dinastía Qing, a partir del 2020 se convertirá en un lugar turístico, que mostrará el lado más atrevido y extravagante del antiguo Imperio Chino. Esta estructura consta de tres grandes pasillos que serán adaptados para que los visitantes conozcan más sobre esta cultura oriental.

Los trabajos de restauración corren a cargo del World´s Monuments Fund y el Museo de Sitio del lugar. El resultado de esta obra será un espacio dedicado a informar a los turistas sobre la construcción del sitio y la historia del diseño regional del siglo XVIII. Asimismo en un segundo corredor se darán a conocer el proceso de conservación del recinto, mientras que en el tercero se podrá contemplar un jardín.

Centro de visitantes restaurado. Fuente: World’s Monuments Fund

Sobre la ciudad

Ubicada en el corazón de Pekín, esta ciudad fue durante cinco siglos el hogar de los emperadores de las dinastías Qing y Ming. El Museo del Palacio (como se le conoce ahora) posee una vasta colección de pinturas, piezas de porcelana, bronce y jade pertenecientes a los gobernantes que alguna vez habitaron esta construcción.

El nombre Ciudad Prohibida lo adquirió en la época del Antiguo Imperio, ya que en ese momento el palaciego estaba muy bien custodiado y sólo se podía acceder a él si se recibía una invitación expresa por parte del gobernante en turno.