Omega Speedmaster Moonwatch Apollo 13: un reto de alta precisión

Omega ha acompañado a los grandes exploradores durante muchos años, incluso en sus viajes al espacio. Como parte del equipamiento vital de la NASA, los astronautas utilizan estos relojes que les permiten mantenerse en tiempo y verificar cualquier situación que pudiera suceder durante un viaje al espacio.

Cuando la misión del Apollo 13 despegó en 1970, nadie contempló que algo grave podría pasar. Comandada por el astronauta veterano James Lovell y los pilotos Jack Swigert y Fred Haise, la misión buscaba llegar a la Luna. Dos días después de haber comenzado la expedición, sin embargo, un tanque de oxígeno explotó y el objetivo de los astronautas cambió por completo: lo único que importaba era regresar a salvo a casa.

El regreso fue muy complicado por todas las fallas técnicas que había que resolver para volver seguros. La NASA decidió buscar en ese momento a los expertos de Omega para confirmar que podría realizarse una maniobra de muy alta precisión en segundos. El reto era utilizar 14 segundos de combustible manualmente para reajustar la posición de la nave. No había ningún monitor digital porque todos se dañaron con la explosión, por lo que la precisión del reloj fue vital. El día 17 de abril, los astronautas lograron regresar a la Tierra y aterrizaron en el océano Pacífico Sur.

Unos meses después, ese mismo año, la NASA otorgó el Silver Snoopy Award a Omega en agradecimiento por su contribución en las misiones espaciales. Snoopy, el perrito, se convirtió —desde la creación del premio— en la mascota no oficial de la NASA por su habilidad para tomarse ligeras las situaciones muy serias.