Desde un pabellón arquitectónico en Comporta hasta un viñedo minimalista en Évora, descubrimos tres parajes únicos en Portugal.
Un taller de vitrales, una vinagrería, un bar en Tours y un restaurante de comida tradicional.
Un destino que permite a los trotamundos acercarse a los vestigios de la ciudad romana y a los orígenes del cristianismo.
Aunque no es tan famosa, la gastronomía berlinesa empieza a encontrar su lugar.
Una región en la que mires donde mires, encuentras algo hermoso y terriblemente francés. No sorprende que fuera la favorita.
El lugar es una especie de Disneylandia para los amantes de los autos.
Míkonos, Paros y Santorini reciben a los visitantes con refinados mariscos, hospedaje de lujo y un mar envidiado por el mundo.
“Una casa como yo”, así proclamó Curzio Malaparte a este edificio, ubicado en la punta de una peña junto al Mediterráneo.
La noche berlinesa es de las más largas y divertidas del mundo.
Espacios de arte fuera del circuito de Unter den Linden y la Museumsinsel.
Un lago muy profundo, rodeado de los altísimos pre-Alpes y un clima muy agradable casi todo el año.
Más de 145 países participarán en este evento internacional que espera recibir a alrededor de veinte millones de visitantes.
Cuarenta y ocho horas por la cuna del vinagre balsámico tradicional y de L´Osteria Francescana: la ciudad de Módena, en Italia.