En la mitad del siglo XX, Acapulco se transformó. Pasó de ser un pueblito de pescadores desolado a un destino mundial de descanso.
Una ruta para apreciar el contraste drástico entre el desierto y el mar.
Su vibra de pueblo colonial y gran oferta cultural atraen a todo tipo de viajeros, desde los que prefieren descansar hasta los que buscan un poco de fiesta.
Algunas de las influencias en el diseño del Ángel de la Independencia están en Europa.
En 2001, Jennifer Clement recorrió el “viejo Acapulco” para descubrirnos una playa llena de nostalgia e historias que contar.
El Jardín Botánico de Oaxaca es un espacio que celebra la diversidad natural y cultural del estado.