Estas magníficas casonas antiguas, convertidas en hoteles, conservan su esencia tradicional.
En estos distritos se encuentran algunas de las joyas arquitectónicas, museos y panaderías menos exploradas de la capital francesa.
En la ribera derecha está la ciudad compleja, urdida con matices y desperfectos, acaso más vibrante por ser más heterogénea.
El espacio alberga una granja y numerosas parcelas que los parisinos pueden rentar para producir sus propios alimentos.
El icónico monumento parisino comienza a recibir visitantes con las debidas medidas de seguridad.
Pasar una tarde inolvidable en París con dos Augustes: Rodin y Escoffier.
Estas son las obras que no puedes dejar de ver en una visita rápida al Museo del Louvre