La construcción de una megalópolis encima no impide que se sigan descubriendo templos aztecas.
El mar y la arena se disfrutan mejor sin multitudes.
Siempre habrá un museo fuera de lo común que satisfaga los gustos más extravagantes.
Un pequeño accidente que tuvo grandes (y tal vez eternas) consecuencias.
Este museo de arte es una obra de arquitectura por sí sola.