Este 19 de marzo, exactamente a las 21:49 horas, dará inicio la primavera. Una temporada caracterizada por el clima cálido y el renacimiento de miles de especies vegetales. En 2020 pareciera que el calor se adelantó o por lo menos eso demuestra la prematura aparición de las jacarandas en la Ciudad de México y la tradicional floración de los cerezos en Japón semanas antes de lo normal.

Todos los años, esta estación comienza de manera oficial con un suceso astronómico llamado equinoccio; palabra que proviene del latín y que quiere decir “noche igual”. Lo anterior no es coincidencia, ya que es justo en ese momento cuando el Sol se posiciona exactamente a la altura del Ecuador, lo que resulta en una noche y un día de la misma duración (12 horas cada uno).

¿Qué es un equinoccio?

El fenómeno se puede explicar cuando tomamos en cuenta que el eje de la Tierra está un tanto inclinado, por lo que los rayos de luz no llegan con la misma intensidad a todos los lugares. Además, nuestro mundo se mueve alrededor del Sol, lo que provoca que los hemisferios reciban diferente cantidad de luz a lo largo del año y que haya un cambio en la duración de los días y las noches.

Foto: Biegun Wschodni

Por tanto, el equinoccio se da dos veces al año, entre el 20 y el 21 de marzo y hacia el 22 y el 23 de septiembre; cuando la Tierra está nuevamente en una posición en la que recibe 12 horas de sol y 12 de oscuridad. Estos eventos dan inicio a la primavera y al otoño.

¿Cómo celebrar la primavera?

Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha hecho todo tipo de rituales para celebrar el comienzo de la época de calor. Un ejemplo de esto (que persiste hasta nuestros días) son los ritos prehispánicos que se realizan sobre de las pirámides unos días antes de que marzo termine; así como el juego de luz y sombra que sucede en sitios como Stonehenge.

No es necesario viajar hasta alguno de estos destinos, para festejar la llegada de unas temperaturas más altas, después de todo esta temporada también significa el florecimiento masivo de una multitud de especies. Así que basta con asomarnos por la ventana, caminar por un parque vacío o recorrer un bosque para ver como los colores regresan a los árboles, después de una larga hibernación.