3 lugares en el mundo donde hay dunas cantoras

La temperatura, el viento y el movimiento son sólo algunos factores que le dan voz a las dunas cantoras.

09 Sep 2022

Foto: Facebook The World n Us

Quizá el primer registro que se tiene sobre las dunas cantoras es el de Marco Polo en sus Viajes, justo cuando relata que si un viajero se retrasa en el desierto será capaz de escuchar una variedad de sonidos instrumentales, especialmente de tambores. A lo largo del tiempo, otros científicos describieron este sonido como si los espíritus estuvieran tarareando.

Lo cierto es que las dunas cantoras están lejos de ser el canto de los espíritus, se trata de un fenómeno natural que surge en las playas o en el desierto a causa de las olas de arena.

Dunas Cantoras de Kazakhastan. Foto: Getty Images

El timbre del sonido que emiten las dunas cantoras puede variar desde un zumbido muy bajo hasta el tarareo de los tambores.

Aunque el viento, el grosor de la arena, la región de las dunas y la estructura de las mismas son algunos factores que contemplan la mayoría de las teorías que explican el sonido de las dunas cantoras, algunas preguntas siguen sin tener respuesta.

¿Por qué no todas las dunas son cantoras?

Las dunas cantoras deben cumplir con ciertas condiciones para que el sonido sea posible.

En primer lugar, la arena debe estar súper seca, las partículas deben tener un tamaño uniforme -0.2 mm- y, por último, las partículas deben ser esféricas o lisas.

Cuando las avalanchas de arena ocurren en las dunas, el cizallamiento de los granos produce energía de fricción, mientras que la energía de la avalancha misma genera energía cinética y de fricción; así, en conjunto generan energía vibratoria dentro de la arena: y a este sonido se le conoce como eructos.

La arena, durante las avalanchas, transforman estos eructos en un sonido prolongado y fuerte muy similar a un zumbido.

El oído humano es capaz de percibir de 20 a 20 mil Hz -una onda por segundo-. Normalmente el canto de las dunas ocurre dentro de un rango de frecuencia de 70 a 105 Hz.

Ming Sha Shan, China. Foto: Wikipedia

¿Dónde escuchar dunas cantoras?

Las dunas cantoras existen en poco más de 30 regiones alrededor del mundo, aunque quizá las de Chile y Marruecos sean las más populares.

Para llegar a las primeras dunas ubicadas en el Parque Nacional Altyn-Emel, a dos horas en auto de Almaty, Kazajistán, puedes contratar un auto privado y conducir por la carretera y un tramo del desierto hasta encontrar las dunas cantoras.

Allí, las dunas se encuentran a 150 metros de altura abarcando 3 km de terreno. Los mejores vientos para escuchar el sonido de las dunas se producen de abril a mayo.

En China, las dunas cantoras del desierto Mingsha se encuentran en el noroeste del país a tan sólo 30 minutos en automóvil desde las cuevas de Mogao. Éstas emiten un sonido similar a un canto que, de alguna forma, le da vida a la arena dorada del desierto.

El recorrido por las montañas tiene una duración aproximada de dos a tres horas y el acceso está disponible a partir de las 6:30 AM. La mejor temporada para visitar estas dunas cantoras es de mayo a octubre, cuando el clima favorece las condiciones del sonido.

Dunas Cantoras, Qatar. Foto: Facebook The World n Us

Llegar a las dunas cantoras de Qatar es sinónimo de aventura. Desde Doha se puede conducir por la carretera Salwa Road hacia Arabia Saudita durante 20 km hasta llegar a una estación de bombeo. Aquí será necesario conducir 800 metros más y estacionar el auto a la orilla de la carretera para seguir a pie hasta la media luna formada por las dunas.

Las dunas cantoras de Qatar cubren un terreno de 100 km y están a 60 metros de altura, lo que permite la emisión de un sonido vibrante muy parecido a un tarareo. Para escucharlas es necesario un poco de esfuerzo físico, sentarse en la cima de la duna y deslizarse con fuerza hacia abajo: el sonido dependerá de cuánta arena logres mover durante tu deslizamiento.

La mejor temporada para visitarlas es de abril a diciembre, cuando el viento sopla con mayor fuerza, aunque es mejor llegar al lugar un par de horas antes del atardecer, para así, además del sonido, disfrutar de la vista.

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